Cuatro ironías feroces del cine de terror para temblar en Netflix
No hay que perder de vista que el cine de terror está unido a la comedia a través del grotesco, de la ironía, incluso del humor negro. Y que muchas veces funciona como sátira social. Aquí van cuatro títulos de Netflix que muestran ese costado. Pasen y tiemblen.
La cacería
La Cacería es una curiosidad basada en una película antigua. Una elite de ricachones lleva gente "común" a una isla para cazarlos, pero una de las "víctimas" logra darse vuelta. La película se basa en The most dangerous game, de 1937, pero aquí es el motivo para mostrar prejuicios raciales, económicos, sociales y pegarle con hachas y rifles a la pandemia de corrección política que está arruinando el cine. Tuvo problemas para estrenarse (debió hacerlo en plena pandemia) pero su humor salvaje y sin prejuicios la transformaron en una película de culto. Aquí no se vio en cines y es espectacular: una joyita hecha con dos pesos.
No respires
Tres adolescentes entran a robarle una cantidad enorme de dólares a un ciego en su propia casa. Los adolescentes son un poco estúpidos, es cierto, y el ciego es ex marine, súper inteligente y les corta la luz. No solo eso: el ciego tiene sus secretos y su propia agenda, casi como si los estuviera esperando. Con nada, o casi nada, la película se dedica a pasarle el cepillo de acero a una serie de lugares comunes del cine de terror y suspenso y, de paso, recordarnos que algunas taras de la sociedad proviene de enterrar su peor costado detrás de las buenas intenciones. El final es absolutamente demoledor.
El huésped
Para muchos, esta película de Bong Jon-hoo (Parasite) es la mejor obra de monstruos jamás hecha. Básicamente, un bicho creado por desechos tóxicos sale de las playas coreanas y se lleva gente para comerla después. Raptan a un nene y una nena y la familia de la última decide cazar al bicho ante la indiferencia del Estado. El tema es que esa familia es de perdedores un poco brutos que recuerdan mucho (diríamos: muchísimo) a Los Simpson. O sea: Homero contra Godzilla. Además de sus comentarios políticos totalmente integrados a la trama, combina salvajismo y humor con ternura. Imprescindible.
Brightburn
Del cielo cae un meteorito. En realidad, una nave espacial. Dentro, un bebé. Una pareja sin hijos lo adopta. El niño comienza a manifestar poderes sobrenaturales. Aquí es donde el niño debería llamarse Clark Kent, pero el gran James Gunn -productor y coguionista- decide que el nene esté traumado y su despertar adolescente lo lleve al resentimiento y, finalmente, a la maldad. Extraordinaria vuelta de tuerca al universo del superhéroe, con grandes actuaciones (la de Elizabeth Banks como la madre es conmovedora) y que va al fondo de su tema.