Guillermo del Toro: "Pinocho elige desobedecer para no traicionar a su alma"
La conmovedora historia del niño de madera y su papá Gepetto llega a Netflix de la mano del cineasta ganador del Óscar y el maestro de la animación cuadro por cuadro, Mark Gustafson. Reinvención de un clásico sobre el amor y la amistad que cobra nueva fuerza en tiempos violentos.

Por Analia Caballero
Todos crecimos escuchando la mágica historia del mítico niño de madera de Carlo Collodi. Publicada originalmente por episodios en el Giornale per i bambini, un periódico de Italia entre 1882 y 1883, fue compilada luego como novela bajo el título Las aventuras de Pinocho; traducida a más de 200 idiomas y adaptada en distintos formatos.
Su llegada al cine fue en 1940 de la mano de Disney. Pinocchio arribó a la pantalla en una época particular: plena Segunda Guerra Mudial y el fascismo consolidándose en parte de Europa.
Ese sentimiento de terror subyace en la versión de Guillermo del Toro, que logra combinar maravillosamente la estética de la época, su espíritu naif pero a la vez aleccionador y la dosis justa de momentos musicales.
Gepetto, el anciano pero recio carpintero de un típico pueblo italiano, afronta el momento más difícil de su vida: pierde a su único hijo, Carlo, durante un bombardeo Aliado.

La desesperación y la soledad lo llevan a construir un muñeco de madera similar al niño perdido, con un trozo de árbol donde vivía el erudito Sebastián Grillo -alias "Pepe" para estas tierras- que es escritor y quien nos narra este cuento.
Una diosa que cuida de los desamparados se compadece el pobre hombre y otorga vida a Pinocho, que se convierte así en un niño alegre, curioso y sobre todo inocente, que descubrirá un mundo casi siempre hostil pero no perderá la bondad.
Así es que la vida de Gepetto recuperará su color y su propósito, pero ambos deberán afrontar aventuras, separaciones y muchos peligros en medio de un país aterrorizado y devastado por la guerra.
Guillermo del Toro habla de Pinocho
El director compartió con la prensa algunas sensaciones sobre el por qué y cómo llevó a cabo este proyecto, muy personal para él.

“Esta es una fábula muy cercana a mi corazón. La primera vez que pensé en hacer Pinocchio era muy joven y creía que había un vínculo estrecho entre Pinocchio y Frankestein, y aún lo creo así: un personaje arrojado al mundo por un padre algo enajenado. Ahora él debe descubrir quién es, qué hace en este mundo y por qué ha nacido. La pregunta fundamental: ¿qué es lo que nos hace humanos?”.
"Hay un vínculo estrecho entre Pinocchio y Frankestein: un personaje arrojado al mundo por un padre algo enajenado. Ahora debe descubrir quién es, qué hace en este mundo y por qué ha nacido"
“Nuestra historia explora muchas preguntas nuevas en este cuento familiar. ¿Puede algo que nunca estuvo vivo convertirse en humano? ¿Es la desobediencia en realidad una virtud? ¿Hay un cierto lado oscuro en la obediencia ciega?” agregó Del Toro..
Y la que, para el director, quizás sea la pregunta más relevante de todas: “¿Qué hace que nuestro paso por este mundo sea precioso e importante? Pues nada menos que la Muerte. Quise hacer un film lleno de luz, que explicara cuán breve y significantes somos en nuestro tiempo con otros, y hacerlo con una belleza sobrecogedora a través de una realización que se percibiera humana".
"Por eso elegí la más artesanal y delicada forma de nuestro arte: la animación en stop motion, llevada al límite. Esta es una historia sobre un mundo en el que Mussolini asciende al poder en Italia, donde todos se comportan como una marioneta... excepto la marioneta. Un cuento en que Pinocchio elige ser desobediente para nunca traicionar su alma, su verdadero yo”.
Pinocho se estrenó el 24 de noviembre en cines seleccionados y estará disponible en Netflix desde el 9 de diciembre.