Una película sobre reencuentros románticos llega este jueves a la cartelera del Cine Gaumont. Como Jesse y Celine en "Antes del atardecer" de Richard Linklater, se estrena "Las cosas donde ya no estaban" de Fabio Vallarelli, un film sobre una expareja de la escuela secundaria que vuelven a verse ya pisando la barrera de los treinta y pasan la noche juntos intentando reflexionar sobre el pasado, el presente y el futuro.

La producción nacional que es protagonizada por Agustina Quinci y Andrés Ciavaglia, quienes se ponen en la piel de Dolores y Luca, pasó por más de 10 festivales alrededor de todo el mundo, entre ellos el de Kansas City, Lima, Uruguay, Hurlingham y Córdoba, entre otros, y ahora llega al complejo cinematográfico ubicado en Avenida Rivadavia 1635 para exhibirse en la Sala María Luisa Bemberg a las 17.30 horas.

La película pudo rodarse antes de la pandemia, pero la postproducción y distribución si se vio afectada por la misma.

Por ahora la película estará hasta el miércoles 22 de junio, pero todo depende de la cantidad de entradas recaudadas, por lo que siempre es crucial que los espectadores vayan a las salas de cine durante la primera semana de estreno. Sin embargo, la plataforma de streaming de cine latinoamericano, Guayaba, también la tiene en su catálogo para quienes deseen alquilarla por ahí. 

"Las cosas donde ya no estaban" es un film de género comedia romántica y drama que aborda el hecho de volver a los lugares que habitamos en el pasado para vivirlos una vez más, pero sin ánimos de reescribir lo que vino después. En esta historia, Dolores es una joven cantante que intenta hacerse un espacio en el mundo de la música, y después de mucho tiempo, le escribe por mail a Luca, su exnovio de la adolescencia que atraviesa la muerte de su papá y una frustración vocacional.

A pesar de haber pasado años entre medio y de convertirse de adolescentes a adultos, ambos personajes se reencuentran cara a cara después del recital de Dolores y recorren la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para actualizarse sobre sus vidas. En ellos descubren que así como son personas distintas, también siguen siendo las mismas. A partir de ahí, las reflexiones sobre las decisiones que tomaron en el pasado no dejan de reflotar y se darán cuenta que a veces es necesario volver en sus pasos para poder entender al otro.

Fabio Vallarelli, director del film

"Esta película trata sobre una realidad social, busca interpelar a una generación que vio caer a su país, que lo vio crecer y luego colapsar nuevamente. Se trata de lo cíclico y espiralado de la vida, y de la necesidad de encontrar en el pasado las respuestas del presente para apostar por un futuro mejor", expresó el director en un comunicado.

En diálogo con BAE Negocios, el cineasta Fabio Vallarelli (egresado y docente de la escuela de cine IDAC) admite que, a pesar de que su película tiene un tono parecido a "Antes del Atardecer" de Linklater, no fue una de las opciones a la hora de inspirarse para hacerla. Sin embargo, valora mucho la filmografía del director de "Boyhood" "no solo como él trabaja con los personajes, sino por la mirada que tiene sobre como hacer películas".

"Las cosas donde ya no estaban" se puede ver todos los días hasta el miércoles 22 a las 17.30 en el Gaumont.

También tiene como principales referentes a François Truffaut, cineasta integrante de la Nouvelle Vague francesa que dirigió films que cambiaron la historia del séptimo arte como "Los 400 golpes" y "Besos Robados", entre otros. De España admira mucho Jonás Trueba, un documentalista que juega con la realidad y la ficción en sus largometrajes y hace algunos meses estrenó la película "Quién lo impide", que se exhibió en el último Festival de Cine de Mar del Plata.

Sobre la escena nacional, Vallarelli opta por Alejandro AgrestiAdolfo Aristarain, deteniéndose en este último en sus primeras etapas incursionando en el género noir y thriller, como así también "Martín Hache", uno de sus últimos films que aborda más el conflicto del personaje.

"Las cosas donde ya no estaban" es también el resultado de un trabajo hecho por la pasión y la vocación de todos estudiantes y exalumnos del Instituto de Arte Cinematográfico de Avellaneda (IDAC). De esta manera se presenta como una muestra a la escena nacional que en facultades por fuera de la Universidad del Cine (FUC) y la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (Enerc), las más conocidas para estudiar carreras relacionadas al mundo del cine, también hay mucho talento que merece su lugar en el ambiente con la bandera de la institución flameando en alto.

 

-¿Cómo definirías a tu película?

FV: Describir la peli es complicado. Creo que podría decir que es una suerte de coming-of-age tardía, y que intenta justamente hablarle a una generación que ya se supone adulta, pero que tiene un montón de desafíos que no son necesariamente propios o de la adultez que uno espera para ese momento que son los finales de los veinte o los principios de los treinta.

-¿Cómo fue el proceso de rodaje de esta película? 

FV: El proceso de rodaje de la peli empezamos en julio de 2019, hicimos todo lo que fue la preproducción, eso llevó más o menos hasta septiembre, casi principios de octubre y después se fue haciendo en un lapso de tiempo, lo hicimos en tres meses, de octubre a diciembre. Hacíamos dos jornadas por semana, o algunas semanas tres, después una jornada la siguiente. Era la manera que teníamos de hacerla ya que era una peli que había que hacer entre trabajos, porque la hicimos de una manera muy independiente y autogestiva.

-¿La filmación se vio afectada por la llegada de la pandemia?

FV: La terminamos de filmar justo en diciembre de 2019, entonces no nos agarró la pandemia, pero sí lo hizo en la instancia de montaje, lo que nos permitió tener el tiempo para concentrarnos en la película y terminarla. Después quizás lo que lo también afectó fue la instancia de distribución y de festivales, que como muchos eventos se dejaron de hacer presenciales y muchos eran virtuales, el acercamiento al público era a través del streaming y no en funciones presenciales, pero a la vez esto tuvo algo bastante positivo porque mucha gente la pudo ver, que de otra forma no hubiera podido ocurrir.

En este film, un hombre y una mujer se reencuentran años después de haber sido pareja en la escuela secundaria.

-¿Cómo se hizo para trabajar la química entre los dos actores?

FV: Tanto en el caso de Agus y Andrés, los protagonistas de la peli, para mí fue muy fácil laburar con ellos, que no habían trabajado juntos, pero ya se conocían. Esa relación que tenían de antes fue muy importante para que haya una confianza y una forma de trabajar que sea muy cálida desde el estrés. 

Lo que hicimos fue ensayar mucho, ensayamos un mes antes de empezar a filmar. Para mí era muy importante que los personajes a ellos les quedaran cómodos. Yo cuando trabajo con actores lo que intento es eso: que no tengan que hacer un gran esfuerzo al momento de actuar para acercarse al personaje.

Desde ahí fuimos reescribiendo el guión y ciertas cuestiones de actuación y de los diálogos para intentar llegar a algo que fuera cómodo para ellos al momento de rodar. Después también se generó una química muy buena al momento de filmar la peli y creo que hizo que el proceso de actuación sea muy lindo.

-¿Creés que la comedia romántica es un género que no está tan explotado en el cine argentino?

FV: Creo que hay comedias románticas, quizás lo que me parece que nos falta, o que nos suele pasar con ciertas temáticas en el cine argentino, es que no hay como una cosa más intermedia al momento de pensar o abordar los géneros. Como que el acercamiento a los géneros o es de una forma super industrial, si querés, o desde el cine más de costo alto (que sigue siendo de costo bajo para lo que es la industria en general, pero de lo que es nuestro cine es lo más caro), o no se hace; y después el cine independiente tiene cierto resquemor a entrar a los géneros de lleno.

Me parece que ahí hay un intermedio que está buenísimo, que es la posibilidad de pensar el género, de entrar dentro de las convenciones de los mismos, pero al mismo tiempo que eso no esté anclado a una necesidad narrativa que impone cierto cine más grande de fórmula, así que ahí hay algo interesante y que el cine independiente nacional creo que podría profundizar un poco más.

-"Las cosas donde ya no estaban" es una película hecha por personas y estudiantes de la IDAC, escuela pública de cine. ¿Qué estrategias creés que deberían tomar desde el Estado para mejorar el ambiente del cine nacional?

FV: Me parece que el Estado y el INCAA tienen una deuda fundamental para el resto de las escuelas de cine, hablo de acompañar y pensar modelos de producción y de financiamientos alternativos a esas ideas que están muy ancladas al modelo de producción que enseña por ejemplo, en la Enerc. Todos los concursos del INCAA tienen las características que se enseñan en la Enerc, y eso excluye otras formas de formación y de producción, como por ejemplo la que tiene el IDAC. Hay en espacios como mi escuela de donde pueden salir películas y no hace falta irse a otro lado para llegar a eso.

Es un momento medio complicado respecto a los impuestos a los fondos de fomento a la cultura en general y del cine en particular, y es re importante que eso se sostenga para que el cine argentino pueda seguir teniendo un financiamiento público. Es virtuoso porque sale de la propia gente que va a al cine y de las propias empresas que explotan el espectro radioeléctrico, pero al mismo tiempo me parece que es importante pensar en que no sólo esos fondos se tienen que sostener, si no en que se tienen que distribuir más para que la llegada sea más diversa y que no quede siempre en manos de las mismas personas.

Como una suerte de "Antes del Amanacer" mezclado con "Antes del Atarceder", la película es protagonizada por Agustina Quinci y Andrés Ciavaglia

"Las cosas donde ya no estaban" es una película de Fabio Vallarelli que se estrena este jueves 16 de junio en el Cine Gaumont, ubicado en Avenida Rivadavia 1635, Ciudad Autónoma de Buenos Aires y se podrá ver hasta el miércoles 22 en la Sala María Luisa Bemberg del complejo. Las entradas están $90 para el público general y $45 para estudiantes, jubilados y pensionados.

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Belen Borelli

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