La falta de dólares frenó al PBI, que creció 2,4% en lo que va del año
Durante septiembre se registró un parate en la actividad, que cayó 0,3% mensual desestacionalizado. Pero, aun asi, aunque se esperaba recesión, el tercer trimestre terminó en un alza de 1,7%. Para lo que queda del año no se espera demasiado dinamismo
Finalmente, la falta de dólares mostró su impacto en la actividad económica: en septiembre se registró una caída de 0,3% mensual desestacionalizada como resultado, principalmente, de la restricción importadora impuesta por la constante sangría de reservas del BCRA. Sin embargo, algunos matices: el tercer trimestre, para el que se esperaba un ingreso en recesión, terminó con un crecimiento promedio de 1,7% con respecto al anterior. Además, la economía acumuló una mejora de 2,4% en lo que va del año. Aunque se espera que el cierre de 2022 tenga poco dinamismo, la actividad habrá crecido más que lo esperado.
Hay dos formas de cuantificar el crecimiento de la economía. Por un lado, se puede tomar el promedio del 2022 contra el del año anterior. En ese sentido, la proyección del Presupuesto 2023 mostró una expectativa oficial de incremento de 4%, aunque las consultoras ya lo ubican bien por encima de ese nivel. Para LCG será de 5,5% y para ACM alcanzará un 4,9%. En tanto que para el promedio del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del BCRA será de 4,8%.
Ahí juega, en parte, el efecto del arrastre estadístico que dejó el 2021. Como el PBI terminó creciendo más hacia final del año pasado, incluso si el 2022 hubiese sido de estancamiento absoluto habría terminado con una mejora en el promedio. Eso demuestra que, por ahora, además del favor estadístico, el año registró un incremento de la actividad. LCG destacó al respecto: "Esperamos que la economía crezca en torno del 5,5% promedio en el año, consistente con un crecimiento del 2% medido diciembre contra diciembre. Esto se debe, en parte, al arrastre estadístico que dejó el 2021 (3,2%)".
Esa es la otra forma de medir el crecimiento: comparar con diciembre del año anterior, punta contra punta. La caída de septiembre, de 0,3%, fue precedida por seis meses en los que la actividad creció un 3,1% . En total, en el año se redondeó un alza de 2,4% y la proyección de que el 2022 cierre en 2% demuestra que se espera un freno para el último trimestre.
Desde ACM analizaron ese fenómeno que se empezó a observar en septiembre, tal como mostró el Indec: "La desaceleración en el crecimiento, como adelantamos, era esperable debido al endurecimiento del acceso a divisas para importaciones, el cual fue realizado con la intención de proteger las reservas netas del BCRA. Las menores importaciones afectan negativamente la actividad industrial, lo cual ya se ve reflejado en la publicación del IPI manufacturero".
Y agregaron: "En lo que queda del año, la mayor dificultad en términos productivos intenta de ser apaciguada a través de un aumento de la demanda, en donde impactan tanto las transferencias a las familias que implican los bonos y los aumentos de los planes sociales como también los planes de cuotas sin interés".
El consumo, efectivamente, parece ser el que apuntalará la actividad, no permitiendo que las contracciones productivas sean mayores. "El escenario altamente inflacionario y un tipo de cambio paralelo encarecido que estimula la demanda a raíz de una progresiva pérdida del poder adquisitivo. En otras palabras, ante la incertidumbre económica, la inflación en ascenso y un costo mayor del ahorro, el consumo se anticipa y así la demanda traccionaría la actividad. No obstante, si bien puede ser "exitosa" en el corto plazo, esta dinámica no es sostenible en el largo a medida que la capacidad instalada se deteriora", remarcaron desde LCG.