Con la mira ya puesta en la cumbre del Mercosur, el Gobierno pedirá explicaciones al presidente Jair Bolsonaro sobre la rebaja unilateral del arancel externo común (AEC), mientras Uruguay avisó que no acompañará negociaciones externas ante el rechazo de sus socios a un eventual acuerdo con China.

Si bien hoy navega por aguas tranquilas, el Mercosur prepara la cumbre semestral (20 y 21 de julio, en Asunción) con dos grandes interrogantes para el presidente Alberto Fernández. Por un lado, desde Cancillería admiten "un gran fastidio" por el recorte de 10 puntos porcentuales ejecutado por Brasil en el AEC "porque es la segunda rebaja, la segunda también no consultada". Esto derivó en el estudio del impacto que tiene la medida.

Uruguay, en tanto, mantiene su posición y ya avisó que no variará, por ejemplo en el relacionamiento externo donde reivindica sus conversaciones con China. Una fuente diplomática local dijo que "no hay preocupación porque es sólo Uruguay".

A su vez, Paraguay está alineado con Argentina tanto en relacionamiento externo como en la política del AEC. Luego de expresiones en reuniones privadas, el ministro de Economía brasileño, Paulo Guedes, se adelantó –sin consultarlo con el bloque- y ganó una batalla interna con la citada baja de 10% en el arancel externo del Mercosur para casi todo el universo de bienes. "Es incorrecto lo que hizo Brasil", razonó otra fuente del bloque.

Cumbre caliente

El 20 y 21 de julio próximos, en Asunción, el gobierno del Paraguay traspasará a Uruguay la presidencia del Mercosur hasta fin de año, lo que se llama rotación semestral.

El ministro Guedes también dijo hace días que Brasil es como Alemania para la Unión Europea, es decir, la economía más fuerte e industrializada. Sobre la Argentina, el segundo mayor actor del bloque regional y tercer socio comercial de Brasil tras China y Estados Unidos, Guedes afirmó: "Comprendemos el problema de Argentina, un problema muy serio con el FMI y por eso puede tener un problema más grande para una apertura económica del Mercosur. Pero nosotros estamos listos para una mayor apertura con la economía global".

En el capítulo de las negociaciones externas, las rondas con la Unión Europea (UE) y el bloque (EFTA) -Suiza, Liechtenstein, Noruega e Islandia- están paralizadas por decisiones ajenas al Mercosur pero relacionadas ya que la carne -por caso- es resistida por los productores agrarios europeos, como también sucede con los commoditties.

El Gobierno espera que Paraguay acompañe -como lo viene haciendo- en las rondas bilaterales con países o bloques. Un diplomático paraguayo garantizó que el rumbo actual "no va a cambiar la esencia" y rechazó los movimientos políticos del Uruguay que retrasan todos los frentes de negociaciones.

Como "forma de negociación", de repente Lacalle Pou dejó de respaldar la reducción del arancel externo esperando un respaldo brasileño que no llega. En el consenso regional no figura negociar un TLC con China por las diferentes medidas y costos para sostener las respectivas industrias.

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