Perder parece no sentarle bien a Elon Musk. El multimillonario propietario de Twitter preguntó el domingo si debería seguir a cargo de la red social que compró hace un par de meses. Más de 17 millones votos después, la respuesta del 57,5% fue un contundente "No".

Sin embargo, al día siguiente Musk planteó restringir la votación en las encuestas relacionadas con las políticas de la empresa a los suscriptores que paguen el polémico servicio Twitter Blue.

La idea provino de una sugerencia de un usuario "verificado", que planteó que únicamente los suscriptores deberían poder votar. “Buen punto. Twitter hará ese cambio”, respondió Musk, aunque sin especificar cuándo entraría en vigor.

En línea con esa idea, el magnate también consideró “interesantes” las teorías que sostienen que la encuesta fue afectada por “bots”, pese a que en los días previos se jactó de haber eliminado gran parte de este tipo de cuentas.

Poco después de lanzar la votación, Musk aseguró que acataría los resultados de la encuesta sobre si debía renunciar al cargo de CEO, pero no dio detalles sobre cuándo dimitiría si los resultados decían que debía hacerlo. A su vez, tampoco nombró a su sucesor. 

No sería la primera vez que Musk se vea obligado a obedecer lo que voten los tuiteros: En 2021 vendió una décima parte de sus participaciones en Tesla después de una encuesta, restauró la cuenta de Donald Trump después de una segunda el mes pasado y hace pocos días restableció varias cuentas suspendidas después de una tercera.

El "debate" de Musk con la UE

Por si fuera poco, desde que asumió su cargo como jefe de Twitter, Musk se encuentra manteniendo una serie de conflictos con la Unión Europea (UE). De hecho, este martes, la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, invitó al magnate a participar de un debate "franco y público" con eurodiputados. 

Metsola apuntó al "papel central" de la plataforma en la "vida democrática" de la UE y subrayó por ello la importancia de que se adhiera a las reglas del bloque comunitario. En este contexto, la política europea advirtió también que Twitter no debería convertirse "involuntariamente" en un "catalizador" de discursos de odio, injerencias electorales o de desinformación.

La semana pasada, Twitter suspendió las cuentas de más de media docena de periodistas que informaron sobre la compañía y su nuevo dueño por supuestamente “violar los términos de la plataforma”, lo que provocó el repudio de medios, ONGs y la UE, que amenazó con sanciones contra la red social.

Además, fue suspendido el usuario de Mastodon, también una red social de microblogging, pero de código abierto, y una alternativa que promueven los detractores de la nueva versión de Twitter bajo las órdenes del hombre más rico del mundo.