Se termina el mes de julio con una semana cargada de información para los mercados financieros. La inflación continúa poniendo en aprietos a los Bancos Centrales, mientras los temores de recesión y las ganancias corporativas del segundo trimestre dominan la economía mundial.

Comenzando por el evento más esperado por los inversores, la quinta reunión del FOMC del año dice presente. Los miembros del comité de política monetaria buscarán aprobar otro aumento de tasas que dé pelea a la inflación más alta en los últimos 41 años. ¿Cuáles son las expectativas para este nuevo encuentro de la FED? Las probabilidades se inclinan fuertemente a favor de un aumento de +75 puntos básicos, lo cual dejaría la tasa de fondos federales en el rango de 2.25% - 2.50%. De ser este el caso, la tasa igualaría el máximo nivel que tuvo lugar en el último ciclo de aumento de tasas (durante 2019). No obstante, cabe recordar que, durante el mes, las expectativas en torno a la magnitud del aumento tuvieron idas y vueltas. Tras el récord histórico de inflación en junio (+9.1% ytd) el mercado llegó a marcar una sólida posibilidad de un aumento de +100bps –hoy se le asigna una probabilidad en torno al 25%-. Sin embargo, esto solo empeoraría los riesgos ya altos de una caída sostenida en la actividad.

Ahora bien, con un inminente aumento de tasas esta semana, ¿cuánto impacta en la desaceleración económica? A pesar de que existen muchas apuestas en torno a una suba de tasas agresivas hasta fin de año, el camino podría no ser el mismo a partir del año que viene. Alejándonos de la escena y viendo el mercado desde arriba, existen muchos inversores que apuestan a que la FED dará un cambio de marcha hacia 2023: analistas predicen un recorte de tasas para el año que viene a medida que la posible recesión toma lugar. De cumplirse este sendero, al igual que con la inflación, la economía estadounidense estaría nuevamente ante un FED que ´llega tarde´. De esta manera, cada nuevo paso será determinante, razón por la cual el organismo de Powell debe calcular milimétricamente sus análisis, proyecciones, políticas monetarias de respuesta y, lo más importante, su comunicación a todo el público.

Mientras tanto, en tercer lugar, llegará el dato del PBI del segundo trimestre. Las expectativas no son favorables. Se espera un aumento de apenas +0.4% (vs -1.6% 1T) aunque no se descarta una sorpresa negativa. De darse una nueva contracción, la economía estadounidense entraría en recesión (de acuerdo a la definición técnica). Sin embargo, es tarea del U.S. Bureau of Economic Analysis definir oficialmente si la economía entra en un ciclo de contracción. Por lo pronto, los PMIs preliminares de julio no trajeron buenas noticias con un golpe mayor al sector de servicios.

¿Qué nos dice Wall Street? Hasta el momento, los principales índices se encaminan a cerrar julio con verdes que van desde +2.8% hasta +3.8%, siendo así su mejor mes del año. Las ganancias empresariales otorgan impulso mientras continúan en su máximo esplendor. Esta semana hay 175 empresas del S&P 500 preparadas para informar los resultados del segundo trimestre (incluyendo las Mega Tech como Amazon, Apple, Microsoft y Google, entre otras). En tanto, de las aproximadamente 100 empresas del S&P 500 que ya dieron a conocer sus resultados, 75 han logrado superar las expectativas de ganancias. Por último, hacia el viernes, el mes se cerrará con la medida de inflación favorita de la FED. ¿Se llegó a un techo o todavía queda más por ver?

Los recientes indicadores económicos débiles ya han levantado la alerta. El Banco Central liderado por Jerome Powell se encuentra en una situación muy difícil, acorralado por una elevada inflación que se abordó tardíamente y un contexto económico que se ha dañado drásticamente desde su última reunión en junio. ¿Cuál es la salida?

*Analista de PPI