El Banco Central Europeo podría fijar un ritmo de aumentos de tasas de interés más lento a partir de marzo próximo, según indican medios internacionales.

Es muy probable que en febrero el incremento sea de 50 puntos básicos como anticipó la presidenta de la entidad, Christina Lagarde, pero en marzo próximo la suba no superaría los 25 puntos, remarcaron fuentes citadas por agencias.

De esta forma, el BCE seguiría la senda trazada por la Reserva Federal ( FED) estadounidense, que en diciembre subió 50 puntos básicos sus tasas de referencia, luego de varios aumentos de 75 puntos, y en febrero bajaría hasta los 25 puntos básicos.

Motivos

Aunque se mantiene la previsión de una suba de medio punto para febrero, los mercados monetarios redujeron las apuestas de endurecimiento a más largo plazo, situando las probabilidades de un incremento de la misma magnitud en marzo en torno al 60%, frente al 80% anterior.

Una inflación más débil de lo previsto en la eurozona, una caída de los precios del gas natural y la perspectiva de moderación de subas por parte de la Fed llevaron tranquilidad a los responsables de la política monetaria, que evalúan cómo continuar con los aumentos de tasas más agresivos en la historia del BCE.

Si bien los funcionarios optaron por reducir el ritmo de alzas en diciembre con un movimiento de 50 puntos básicos, acompañaron esa decisión con un anticipo de mayor vigilancia sobre la estabilidad de precios.

Consenso

Lagarde dijo entonces que los datos disponibles “predicen” un aumento de 50 puntos básicos en la reunión del 2 de febrero “y posiblemente en la siguiente”, y advirtió que las decisiones seguirán dependiendo de los datos.

Si las perspectivas de inflación han cambiado, y en qué medida, solo se pondrá de manifiesto con las nuevas proyecciones de marzo, que podrían ayudar a justificar un ritmo menos agresivo. Esa puede ser una de las razones por las que los responsables de la política monetaria se muestren cautos a la hora de desviarse del aumento previsto en febrero.

Desde principios de 2023, los responsables de todos los frentes —desde los más moderados hasta los más agresivos— de la entidad vinieron mostrando disposición a debatir una desaceleración del ritmo de endurecimiento tras elevar la tasa de depósito en 250 puntos básicos en solo seis meses.