El Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra (BoE) decidieron volver a aumentar sus tasas de interés de referencia, en un intento por frenar la escalada inflacionaria, aún a riesgo de que la economía se vea afectada.

Los movimientos de ambas entidades siguieron a la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) de aumentar su tasa principal en medio punto, mientras los bancos centrales occidentales lidian con la escasez de mano de obra posterior a la pandemia Covid-19 y las consecuencias de las sanciones contra Rusia en los precios de la energía.

El BCE subió los tres tipos de interés clave en 50 puntos básicos (pb) para llevar el precio del dinero a niveles máximos desde 2009. De este modo, la tasa de depósito (donde los bancos estacionan su exceso de liquidez) se sitúa en el 2%, el tipo de refinanciación sube hasta el 2,5% y la facilidad marginal de crédito (la ventanilla de emergencia) hasta el 2,75%. Este ha sido el endurecimiento más rápido (250 pb en seis meses) y más grande de la política monetaria en la historia del euro.

Además, el banco central revisó muy al alza la inflación para el próximo año, lo que abre la puerta que los tipos de interés lleguen más alto de lo previsto.

Británicos

La entidad europea buscó resaltar que no bajará la guardia. En un comunicado recalcó que "la inflación se situó en el 10,0% en noviembre, ligeramente por debajo del 10,6% registrado en octubre. Este descenso se debió principalmente a una baja de la inflación de los precios de la energía. La inflación de los precios de los alimentos y las presiones inflacionarias subyacentes en el conjunto de la economía han aumentado y persistirán durante algún tiempo". 

Por su parte, el BoE elevó su tasa de interés clave al 3,5% en su noveno intento para contener la inflación, luego de que en octubre el índice de precios alcanzara su máximo nivel en 41 años.

La medida fue aprobada por el Comité de Política Monetaria del BoE con una votación 6-3, que también anunció que podrían ser necesarios "aumentos adicionales en la tasa bancaria" para abordar presiones internas debido a las huelgas de diversos sectores económicos que exigen salarios acordes a los niveles de inflación.

"El mercado laboral sigue ajustado y ha habido evidencia de presiones inflacionarias en los precios y salarios internos que podrían indicar una mayor persistencia y, por lo tanto, justifican una respuesta de política monetaria más contundente", dijo el BoE, citado por Reuters.

Pérdidas

El mes pasado, el BoE anunció que Gran Bretaña estaba entrando en una larga recesión y predijo que la economía se contraería un 0,3% en el último trimestre de este año.

Entretanto, el gobernador del BoE, Andrew Bailey, dijo que las previsiones del ente emisor sugerían que la inflación británica había alcanzado su punto máximo.

El desempleo está aumentando, alcanzando el 3,7% en los tres meses hasta octubre, y se espera que la producción económica dentro de un año sea un 0,4% más alta de lo que se pensaba como resultado de las medidas presupuestarias que ofrecieron estímulos a corto plazo.

Al respecto, el economista Andreas Koureas, presidente de King's College London, tuiteó que "la Gran Libra Esterlina ha perdido el 99% de su valor", y que "desde 1800, la libra ha tenido un aumento de precio acumulado de aproximadamente 9.799%. Esto se debe en gran medida a la expansión del crédito a través de nuestro banco central, el Banco de Inglaterra".