Mientras en Europa y América avanzan las campañas de vacunación contra el coronavirus (Covid-19), la variante Delta de la pandemia hace estragos en China, que debió reimplementar cuarentenas estrictas para frenar la expansión. Todo esto hizo que caiga el consumo y las fábricas redujeran su producción, por lo que la segunda mayor economía del mundo podría verse fuertemente afectada y hasta sufrir una crisis inmobiliaria sin precedentes.

Este martes, la provincia de Fujian, al sureste de China, reportó el doble de casos de coronavirus que el día anterior, por lo que las autoridades rápidamente establecieron restricciones a la movilidad. En solo cuatro días reportaron más de 100 transmisiones comunitarias en tres ciudades de Fujian, incluida Xiamen, un centro turístico y de transporte con una población de 5 millones de personas. Septiembre ya es un mes preocupante, sobre todo por lo que fue el mes anterior.

Agosto fue un mes negro para China: los brotes en grandes ciudades generaron cierres, y los cierres generaron menos movilidad y menos consumo, que a su vez generó resultados nefastos para la economía. Las ventas al por menos solo crecieron un 2,5%, mucho menos que el 8,5% del mes anterior. El tráfico aéreo se desplomó un 51,5%. El aumento de la producción industrial fue de un 5,3%, más lento que julio y el menor crecimiento en un año. La inversión en zonas urbanas aumentó 8,9% entre enero y agosto, menos que el 10,3% de los siete primeros meses del año.

Muchas industrias redujeron personal o cerraron fábricas

La estrategia "Covid cero", hasta ahora, no ha sido del todo efectiva para frenar a la pandemia, ya que con su variante Delta se sigue extendiendo entre algunas localidades como Putian, una ciudad de 3,2 millones de personas que reportó su primer caso se informó el 10 de septiembre. De allí, el virus fue a Xiamen, que informó 32 nuevos casos de transmisión comunitaria para el 13 de septiembre en comparación con solo una infección el día anterior.

Y el cierre no es ningún chiste: implica el bloqueo de algunas áreas de mayor riesgo de virus, la interrupción de las clases fuera de línea en jardines de infancia, escuelas primarias y secundarias, el cierre de lugares públicos como cines, gimnasios y bares, y la prohibició de que los residentes abandonen la ciudad por razones no esenciales. "Una ola tras otra", dijo a Reuters el gerente de un banco en Xiamen. "Se siente como la nueva normalidad ahora", lamentó.

La cepa Delta arruinó el verano chino

Todo esto no podría haber llegado en peor momento. Es que en China se preparaban para las vacaciones de verano, que es la época en la que más gente consume. Además, dentro de poco se celebrará el feriado del Día Nacional de una semana que comienza el 1 de octubre, una importante temporada turística. 

Los brotes y las inundaciones impidieron que la gente viajara y les hicieron retrasar el "gasto de las vacaciones de verano", declaró Fu Linghui, portavoz de la Oficina Nacional de Estadística, que habló el miércoles en una conferencia de prensa en Beijing. 

El verano podría ser en confinamiento

Según escribió Louis Kuijs, jefe de economía de Asia para Oxford Economics, en un informe de investigación del miércoles, el brote en la provincia sudoriental de Fujian "supone un riesgo a la baja para nuestra previsión de un repunte del crecimiento" en el cuarto trimestre, después de un tercer trimestre débil. 

Citado por CNN, Kujis añadió que el gobierno chino probablemente se esforzará por evitar una fuerte desaceleración y espera que las autoridades apoyen el crecimiento en los próximos meses, mediante el recorte de los tipos de interés y permitiendo a los gobiernos locales emitir más bonos para financiar proyectos de infraestructuras. ¿Aperturas? Ni en sueños. "Creemos que Pekín está dispuesta a soportar un poco de dolor a corto plazo para buscar ganancias a largo plazo", analizó la empresa Nomura.

Las presiones económicas se potenciaron con el coronavirus

La debilidad de los datos económicos se da en un contexto de una creciente preocupación por los problemas del sector inmobiliario chino, que podrían tener un impacto más amplio en la economía en general. De hecho, los proyectos de nuevas viviendas, medidos en superficie, cayeron un 3,2% durante los ocho primeros meses del año.

El principal afectado es Evergrande Group, uno de los principales promotores inmobiliarios de China, que tuvo reiterados problemas para pagar a prestamistas y proveedores mientras sus ventas de viviendas se desploman. La empresa ya advirtió que podría incumplir sus enormes deudas mientras lucha por reducir costes o encontrar compradores para algunos de sus activos.

La crisis de Evergrande amenaza a la economía china

El miércoles, datos separados mostraron que la inversión inmobiliaria en China aumentó un 0,3% en agosto, el ritmo más lento en 18 meses, mientras que el crecimiento de los precios de las viviendas nuevas se redujo a un mínimo de ocho meses.

Las autoridades chinas ya redoblaron sus esfuerzos para frenar un mercado inmobiliario al rojo vivo, que repuntó con fuerza tras la crisis del año pasado. Kujis dijo que espera que "la estricta postura sobre la financiación a los desarrolladores inmobiliarios se mantenga y que el endurecimiento de la normativa sobre las empresas de Internet pese sobre el sentimiento y el crecimiento".