Los inversores del shopping OH! Buenos Aires explican por qué hay que invertir en Argentina
El grupo Hatzlaja, dueño del centro comercial OH! La Barra de Punta del Este invierte 15 millones de dólares en el nuevo shopping de Recoleta

Por Graciela Moreno
La Mansión del Four Seasons fue el lugar elegido para presentar en sociedad a OH! Buenos Aires, que ocupará el lugar que dejó vacante el shopping Buenos Aires Design en Recoleta. Un mega proyecto con una inversión de 15 millones de dólares a cargo del grupo Hatzlaja, propietario del centro comercial OH! La Barra, en Punta del Este. Marcelo Porcel, director e inversor mayoritario, y Javier Stolovitsky, responsable del shopping uruguayo, contaron por qué decidieron invertir en Argentina.
Marcelo Porcel contó que siempre quiso invertir en Argentina y no encontraba la oportunidad. Cuando apareció el predio de Recoleta no lo dudó. Confía plenamente en Javier Stolovitsky, quién desarrolló de cero un shopping disruptivo en La Barra, cuyo espíritu buscan replicar y seducir a grandes marcas locales e internacionales para que desembarquen en OH! Buenos Aires de Recoleta. “Tenemos que hacer algo diferente, para los próximos 50 años, para hacer algo más de lo mismo no entramos. Así nos embarcamos en este nuevo emprendimiento”, contó Porcel.
Javier Stolovitsky, con su visera puesta, contó lo que todos querían preguntarle. “Me preguntan por qué invertir en Buenos Aires y yo respondo por qué no? Quién te garantiza hoy que en vez de invertir en Argentina, a lo mejor, uno podía decir hace dos años invirtamos en Rusia en Gazprom; hagamos algo en China, hace dos años que no podemos entrar; hagamos otra cosa, invirtamos en Miami, total la tasa se va a quedar igual, tomemos una tasa variable y hoy estamos en la lona. ¿Quién garantiza que si uno va a invertir a Jamaica y va a armar una cadena de bares de Bob Marley, quien te asegura que realmente vas a tener éxito? Entonces, Argentina tiene sus cosas, sus particularidades, pero sin dudas cuando fue la pandemia, en el año 2020, hubo mucha gente que envejeció y otra que creció. ¿Cuál es la diferencia entre envejecer y crecer? Emprender”.

Entusiasmado, con un auditorio repleto de empresarios, funcionarios y periodistas que lo escuchaban atentos, prosiguió. “Yo creo que no hay que quedarse esperando, mirando las noticias. ¿Qué nos cambia a nosotros los empresarios, los emprendedores, si hay o no un vallado, qué nos cambia a nosotros? Nos puede cambiar cinco minutos cuando entramos en internet, pero realmente, lo que nosotros tenemos que hacer es emprender”, contó el responsable de Oh! La Barra.
Contó que no fue fácil hacer un centro comercial en La Barra, tuvo resistencias. “Creyeron que yo iba a reventar La Barra y yo siempre supe que estaba haciendo algo para mejorarla… como siempre hay gente que ve la foto y a lo mejor no la entiende. Por eso, les voy a decir que en el iPhone hay una función que se llama panorámica y tienen que mirar un poquito más allá como son las cosas. Vean el futuro. Cuando el grupo inversor me dijo que quería hacer algo, le dije yo no vuelvo si no es algo que cambie la realidad. No tiene por qué ser como el de Punta del Este, porque cada Oh! tiene que cubrir las necesidades, en este caso de Buenos Aires y de Argentina. El último shopping que se hizo en serio, se hizo en el año 2007. No había iPhone, estábamos todos con la Blackberry. ¿Cómo puede ser que sigamos viviendo en esta historia? Realmente había que hacer algo”.
Confesó que cuando pensó el OH! La Barra, pensó en algo abierto y es la misma idea que replicarán en Argentina. “Por más que uno pierda espacio, no importa eso, las planillas de Excel no tengo la menor idea como son, cuando calculas los metros, nunca hice una planilla de Excel, porque si no nunca hubiera hecho nada. Me hubiera quedado con los técnicos, contadores y a mí no me importa todo eso. Me importa cambiar una realidad. Me gustaría contarles, es mucho mejor un kilo de hacer que mil kilos de hablar”, explicó.

Comenzó la demolición y todavía no tiene fecha de inauguración, falta un año y medio de obras, por lo menos. Las cocheras del ex Buenos Aires Design ya no existen, hoy son un piso del shopping que tendrá una fuente, agua y mucha luz natural. “Gracias al Gobierno de la Ciudad perforamos la loza de un lugar histórico para hacer historia”, confesó. Se refiere a la terraza del Centro Cultural Recoleta que fue perforada para darle más luz al centro comercial. El ministro de Desarrollo Económico y Producción de la Ciudad, José Luis Giusti contó: “La primera vez que lo escuché a Javier en plena pandemia, le dije 'olvidate, no se puede hacer', es un edificio histórico, al lado del Centro Cultural Recoleta y me dijo: ‘yo te convenzo a todos los funcionarios, Comisión de Patrimonio Histórico, urbanistas, gente del Centro Cultural Recoleta. Venía con un proyecto innovador y efectivamente luego de mucha discusión, presión… no es la palabra correcta, mucha voluntad, convenció a cada uno de los funcionarios y se convierte en realidad. Genera inversión, empleo y ayuda a que Buenos Aires siga siendo la mejor ciudad del mundo”.
Estará integrado el Centro Cultural con el shopping, desde la terraza se verá todo y desde adentro se verá la luz natural. El objetivo es unir arte, cultura, gastronomía y entretenimiento.

“La verdad es que toda la gente me pregunta y hasta el Gobierno, cuando estará listo. Cuando vi las escaleras mecánicas y los ascensores le dije a los inversores hay que tirar todo o venderlo como chatarra. Ahora está el desafío, hay que importar 14 ascensores, no hay escaleras mecánicas, y está todo medio trabado, pero no importa. Nosotros lo vamos a lograr, lo vamos a conseguir pero yo no me voy a quedar conforme diciendo no me sale. Lo que había no sirve, lo que había era del siglo pasado, y nosotros no lo queremos. Entendemos que un Toyota se fabrica en 13 horas, pero un Rolls Royce se fabrica en 6 meses. Hay que tener tiempo y paciencia, nosotros pensamos en nuestros hijos. No queremos hacer un Rolls, queremos hacer un Rolls Royce customizado”.
El ministro Giusti recogió el guante: “Me encanta el Rolls Royce más que el Toyota, muchos de ustedes lo conocen a Horacio y tiene un gantt que dice que OH! Buenos Aires tiene que inaugurarse la terraza en el primer trimestre y el resto en el tercer trimestre del año que viene”, apuró el ministro para tener la mega obra terminada antes del final de su mandato.

Javier Stolovitsky nunca pierde la oportunidad de mirar a la competencia. “Hay muchas marcas importantes que me dijeron estoy abriendo en tal shopping, porque me lo están regalando. La verdad me parece bárbaro, porque llegó el momento de que los shoppings más importantes del país hagan los deberes y pongan todo lo que yo estoy proponiendo ahora... eso es emparchar una rueda. Nosotros no queremos emparchar nada, vamos a cambiar todas las ruedas, las carrocerías, el motor, vamos a cambiar todo de cero, cueste lo que cueste. Que se tome un poquito más de tiempo y que quede una huella, no que sea un shopping de hace 50 años, que sea para los próximos 50años, ese es el desafío. No hacer cualquier cosa. Nos decían ‘nos va bárbaro píntalo de verde y volvemos en tres meses’. Lo calculamos, eso hubiera sido una inversión 20 veces menor, hubiéramos terminado enseguida, pero qué le hubiéramos aportado”.
"No hay que quejarse, hay que emprender"
Le dedicó otro capítulo a los emprendedores. “Los grandes, pequeños, medianos emprendedores dicen vamos a estudiar las variables para emprender ya sea para poner un local o hacer un shopping. Estudian la tasa de interés, la tasa interna de retorno, cuál es la inflación, noooo la variable más importante sos vos, son ustedes, sino vamos a quedarnos mirando y pensando que cuando todos los planetas se alineen ahí recién vamos a invertir. El que tiene 30 no va a tener más 30 y el que tiene 50 ya fue. La única variable que realmente funciona en cualquier proyecto sos vos, no hay que esperar a nadie. El Covid nos enseñó que creces o envejeces”, contó.
Para cerrar la charla contó una pequeña historia. Resulta que dos días antes de abrir OH! La Barra pensaba que no llegaba a la inauguración, dos días antes se fue a las 6:30 de la mañana a La Posta del Cangrejo. “Me senté solo a pedir, a rezar, a pensar y en eso se acerca un Citroen 3CV y se baja un viejito de 75 años con una tabla de surf. Lo quise ayudar, pero me dijo ‘yo puedo’. Empezó a bracear y bracear, me daba lástima, yo pensé este tipo se queda acá. De repente se paró y empezó a surfear con una cara de felicidad. Me emocionó. Me contó que surfeaba desde los 10 años. Le pregunte cómo lo hacía y me dio un consejo. Me dijo ‘siempre tenes que ir para adelante, pero no te choques con la ola, aprende a surfearla y después vas a disfrutar el camino y vas a volver, va a tener una sonrisa’. Le pregunte que iba a hacer y me dijo ‘voy a volver, ninguna ola es igual. Las olas son todas distintas y con lo que yo surfee ayer, me da la fuerza y la experiencia para surfear la nueva ola. Tengo 75 y voy a surfear todos los días hasta que Dios me de fuerza’. Fui al shopping y me lleve al tipo con la tabla. Los reuní a todos y cuando la gente lo escuchó me dijo ‘vamo arriba’ y se pudo terminar medio día antes todo y OH! empezó a brillar. ¿Qué vamos a hacer? Nos vamos a quedar a protestar, nos vamos a agarrar con el gobierno, con el ministro de Economía, con el país, con el mundo? Mi experiencia es que no hay que quejarse, hay que emprender. ¿Cuándo nos vamos a dar cuenta que es nuestro momento?”.
