Volvió la Confitería La Ideal: estuvo cerrada para su restauración desde 2017
Fundada en 1912, es uno de los bares históricos emblemáticos de la Ciudad. Una joya arquitectónica puesta en valor por uno de los estudios de arquitectura más renombrados con una inversión millonaria

Por Graciela Moreno
Llegó el gran día. El miércoles 16 se abrieron las puertas de la Confitería La Ideal y se develó el misterio para todos. Cerrada desde el año 2017, sólo algunos pocos privilegiados que podían pagar las avant premier de tardes de té o gran vermut, o algunos que veían un poquito entreabierta la puerta y entraban, pudieron conocer la gran restauración realizada en estos años.
Ubicada en Suipacha 384, fue fundada en 1912 y es uno de los Bares Notables más emblemáticos de la Ciudad. Un inmigrante español llamado Manuel Rosendo Fernández fue quién realizó una inversión millonaria para construir un restaurante y confitería que atraía todas las miradas de la época. Aseguran los que saben que en sus instalaciones funcionó la primera fábrica de helados de Buenos Aires. En la década del ’70 se cerró el primer piso para convertirlo en un salón para milongas. En estos años de puesta en valor, los nuevos dueños que lo adquirieron en 2017 lo volvieron a modificar y decidieron que no habrá más milongas. En la puerta sigue firme el baldosón que indica los pasos de baile para iniciar este popular baile.
Todos iban a La Ideal: presidentes, músicos, escritores. Por las mañanas solía ir Jorge Luis Borges; Carlos Gardel era un fanático del lugar; Charlie Watts, el baterista de Rolling Stones, no se perdió de visitarla, al igual que Yoko Ono. Allan Parker quedó deslumbrado con La Ideal, por eso decidió filmar allí escenas de la película Evita. Los ex presidentes Marcelo Torcuato de Alvear e Hipólito Irigoyen se hacían llevar la comida desde La Ideal. Arturo Frondizi fue otro de los que siempre iban a la confitería.
Los nuevos dueños realizaron una inversión millonaria para ponerla en valor y volver a dejarla igual o mejor que cuando fue fundada. Abre a las 7:30 y es restaurant, panadería, bombonería y sandwichería. Tiene lugar para 350 comensales. Gustavo Nari es el chef ejecutivo y maestro pastelero de La Ideal, es el encargado de todas las exquisiteces que se venden en su tienda online, incluida una cartera de chocolate.

Los nuevos dueños convocaron al estudio de arquitectura Pereiro, Cerrotti & Asociados, uno de los más reconocidos en lo que sea puesta en valor. Renovaron La Giralda, el Museo del Jamón, La Ópera y La Puerto Rico, que abre en breve.
Francisco Bustuoabad, el gerente general de La Ideal, contó a BAE Negocios: “Queremos que todos los que entren y vivan una experiencia, un viaje en el tiempo. Las empleadas que atiendan la tienda estarán vestidos como en la época de su apertura.
Todo reluce, todo se hizo a nuevo. Por primera vez tendrá aire acondicionado. El trabajo de restauración tuvo una dedicación como hace mucho tiempo no se ve en el área gastronómica.
El gerente general señaló: “Todo lo que se vende se elabora acá, tenemos nuestra propia lavandería y hasta nuestra panadería. Detrás de los salones, en los tres pisos están la cocina, la pastelería, la bombonería y el lugar donde se envasa al vacío. Haremos los mejores productos que se puedan hacer en Buenos Aires”.
El arquitecto Alejandro Pereiro estuvo en cada detalle: “El piso no era el original de marfil, era un mosaico granítico, lo reemplazamos por pisos de mármol. Hicimos a nuevo la instalación eléctrica, por primera vez habrá aires acondicionados. La boiserie de cedro de 1912 nos ayudó a poder esconder 22 aires por piso, más 6 de la cúpula, un total de 50 equipos. Todas las arañas y apliques son originales, fueron bajadas, desarmadas, recableadas y pulidas. Tuvimos que importar de China 2.000 lamparitas”.
Cuando entraron al lugar sacaron 250 volquetes de basura. Desarmaron y renovaron todos los ascensores, restauraron la Bombonera del primer piso, desarmaron los vitraux, restauraron 134 sillas y mandaron a hacer 200 sillas nuevas de thonet de la época. “Las tapas de las mesas se pudieron restaurar y tuvimos que mandar a hacer 300 capuchones de bronce para las patas. Fue un gran trabajo, he visto gente llorar al entrar y encontrar el local igual a cuando vinieron de chicos de la mano de sus padres”, contó el arquitecto Alejandro Pereiro.
La Confitería Ideal es uno de los lugares icónicos de Buenos Aires, entrar a visitarla es un paseo obligado.