El Gobierno argentino expresó hoy "su más enérgica condena" a la presencia del funcionario iraní Mohsen Rezai, acusado de haber participado en la planificación del atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina, en el acto de toma de posesión del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, en tanto que la AMIA le exigió al Poder Ejecutivo que "explique" por qué el embajador argentino en ese país, Daniel Capitanich, "no se retiró" de dicha ceremonia, ni dio aviso a las autoridades locales de "tan grave situación". 

Mediante un comunicado dado a conocer este martes, la Cancillería señaló que "la República Argentina expresa su más enérgica condena a la presencia de Mohsen Rezai en el acto de toma de posesión" del mandatario nicaragüense.

El documento señala además que "la Argentina expresa, como también lo ha hecho en agosto pasado ante la designación de Rezai como vicepresidente de Asuntos Económicos de la República Islámica de Irán", que su presencia en Managua "constituye una afrenta a la justicia argentina y a las víctimas del brutal atentado terrorista contra la AMIA, cometido el 18 de julio de 1994".

Al tiempo que indicó que "el Gobierno argentino exige una vez más al Gobierno de Irán la cooperación de manera plena con la Justicia argentina, permitiendo que las personas que han sido acusadas de participar del atentado" contra la mutual judía "sean juzgadas por los tribunales competentes".

Por su parte y también a través de un comunicado, la AMIA le exigió al Gobierno que "explique" por qué el embajador Capitanich, "no se retiró" de la ceremonia de reasunción del presidente Ortega, al enterarse de que también estaba allí un funcionario iraní buscado por la Justicia en la causa por el atentado terrorista.

"A casi 28 años del atentado contra su sede, AMIA reitera su irrenunciable compromiso con la búsqueda de Justicia y con el reclamo para que los responsables del crimen de lesa humanidad ejecutado sean juzgados con las garantías constitucionales que establece la ley de nuestro país", precisó la entidad judía.

La entidad israelita esgrimió que "en lo que constituye un nuevo agravio a la memoria de las víctimas fatales del atentado y una inadmisible afrenta a la Justicia argentina, el acusado de ser partícipe intelectual de la masacre", en la que "fueron asesinadas 85 personas, compartió la ceremonia con el embajador argentino" quien no se retiró del lugar "ni dio aviso a las autoridades de tan grave situación".

Precisó además que "la vigencia de las alertas rojas" que pesan sobre los acusados iraníes de haber ideado y cometido el atentado contra la mutual israelita "es un tema de absoluta trascendencia que la institución viene planteando, en el marco de su histórico reclamo por lograr justicia, ante los funcionarios de Cancillería y en el marco de reuniones mantenidas con las máximas autoridades del país".

La institución señaló que el reclamo que han elevado en distintos fueros, locales e internacionales, forma parte de "un riguroso seguimiento a los acusados iraníes cuando salen de su país, para que no puedan moverse libremente por naciones que los protegen, y que puedan ser finalmente extraditados para comparecer en los estrados judiciales argentinos".

En ese contexto, recordó que "en su momento cuando Rezai asumió su cargo como vicepresidente de Asuntos Económicos de la República Islámica de Irán", en agosto del año pasado, la AMIA "repudió públicamente su designación y reiteró la necesidad de que la comunidad internacional exija a Irán la colaboración solicitada".