Kelly Olmos marca la continuidad de las políticas de Moroni

La designación de Raquel "Kelly" Kismer de Olmos para suceder a Claudio Moroni en el Ministerio de Trabajo barrió con todos los posibles candidatos que se barajaban para ese cargo y además asoma para certificar la dinámica del Gobierno en materia salarial.
Bajo mensura de inflación a 3 dígitos para este año, el eje continuará sobre las paritarias y lejano a cualquier alternativa de suma fija, salvo el bono de fin de año. La tónica del titular de Economía, Sergio Massa, con beneplácito de los núcleos empresarios hace a "previsibilidad" y "bajo costo laboral".

Lo asumen en el ala kirchnerista del Frente de Todos. "Es la continuidad de la era Moroni", sintetizaron ante la consulta de BAE Negocios. Más allá de no soslayar que profesionalmente Olmos, que pertenece al PJ Capital donde es consejera, en su currículum acredita la licenciatura en Economía (UBA), magister en Economía Urbana (Universidad Torcuato Di Tella) y posgrado en Formulación y Evaluación de Proyectos de Inversión (INPE-OEA-Cepal).
En sus primeros dichos tras el nombramiento, la hasta ahora directora del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) señaló: "El presidente me dijo que mi responsabilidad es cuidar el trabajo y fortalecer el salario de los argentinos". En su radar está el desafío de que los trabajadores informales accedan a los derechos laborales. Y en cuanto a la potencia del incremento sostenido de precios, dijo a Radio El Destape: "La inflación compromete a todo el Gobierno y combatirla tiene que ser un compromiso de toda la sociedad. Tenemos que ver todos los instrumentos para mejorar el ingreso".

Olmos también manifestó sintonía con Moroni, al remarcar que desde 2019 a la fecha se convocó al Consejo Nacional del Salario (CNS) para modificar el haber mínimo.
No aliviar el deterioro salarial bajo inflación sigue siendo el desafío para la Casa Rosada, desde las visiones críticas del mismo oficialismo. El laboralista y ex legislador Héctor Recalde consideró que "es imprescindible" lograr la suma fija, al menos para la franja de 4.400.000 trabajadores registrados que perciben entre $70.000 y $160.000.
Otras voces K prefirieron apostar algunas fichas al "espíritu peronista" de la nueva Ministra de Trabajo para lograr que haya cambios en la decisión oficial, pactada desde marzo con la UIA y la CGT, de ceñir los incrementos paritarios, como máximo, a la inflación.
Con menos optimismo, el secretario adjunto de ATE Nacional Rodolfo Aguiar alertó que "es difícil pensar que la nueva ministra nos sorprenda con un cambio de rumbo en la gestión de la cartera laboral. Nuestra primera impresión es que llega condicionada y eso le impedirá impulsar las medidas que corresponden en favor de una rápida recuperación de los salarios".
El sindicalista no dudó en refrendar que "Olmos debe realizar una convocatoria amplia, porque deben ser escuchados los aportes de todos los sectores y no sólo los de la UIA y la CGT: está a las claras que esa forma hasta ahora fracasó".