Las miradas apuntan a Trabajo, donde cada sector del FdT tiene su candidato
Sin feriados para las salidas y especulaciones en el elenco ministerial

Por Luis Autalan
La renuncia de Claudio Moroni como ministro de Trabajo además de haber sido aceptada por el Presidente Alberto Fernández abre el interrogante sobre quién será su reemplazo. La primera línea de candidatos encuentra al ex titular de esa dependencia Carlos Tomada, al secretario de Trabajo, Marcelo Bellotti, y al hoy embajador en Paraguay, Domingo Peppo.
A distancia considerable también se mencionó a Julián Domínguez, de aceitada relación con algunos sindicatos industriales, vínculo desarrollado en la Confederación Regional de esos gremios que ya lo posicionó incluso como funcionario de este Gobierno con anterioridad. En esa segunda línea se ubica también la abogada laboralista integrante de la Uocra y con funciones en la OIT, Marta Pujadas, avalada por trayectoria propia y el peso de una organización que sigue siendo sostén de la Casa Rosada e incluso lo fue de Moroni.
Mientras que el nombre de Sergio Palazzo, diputado del oficialismo, era relativizado hasta el tono de "improbable" en la misma Asociación Bancaria que lidera el también referente de la Corriente Federal (CFT)
Ante quienes para avalar alguna chance acudían al ejemplo del referente de Curtiembres Walter Correa, que ocupó la cartera laboral bonaerense, otras fuentes remarcaron que "la dinámica de gestión de Provincia y Nación son más que diferentes y no se complementan para un cargo tan sensible".
Moroni era el último sobreviviente de un tridente defensivo de la política salarial del Ejecutivo respecto a paritarias en dinámica de revisión y no a las sumas fijas. Matías Kulfas y Martín Guzmán, que también integraban esa línea defensiva, ya habían dejado sus despachos en Desarrollo Productivo y Economía respectivamente. Fuentes del Gobierno asumían ayer que en esta ocasión "se carece de un plan B, con B de Batakis", acotando que en aquella oportunidad la variante había permitido por algunas jornadas capear el temporal económico y político.
A la par de las presiones desde los principales sectores del Frente de Todos para imponer el nombre del nuevo ministro, no eran pocos en la noche del domingo los que preferían guardar silencio para pasar desapercibidos con la esperanza de no ser convocados a una tarea que asoma tan desafiante como problemática. Incluso entre los que se mencionaban como candidatos.
Según la mirada sindical y de especialistas en cuestiones laborales, el tamiz final para designar al nuevo ministro aparecía anoche atado a dos tópicos políticos. El primero, el visto bueno o voto negativo de Cristina Fernández, e incluso su prescidencia para el tema. Un escalón más abajo, la designación también puede quedar atada a las estrategias de ajuste que desarrolla el ministro de Economía Sergio Massa.