Sin señales de distensión entre Alberto y Cristina pese a la mediación de Massa
Mientras el Presidente insiste en que no habrá cambios en el Gabinete, Cristina entiende que es este quién debería convocarla al diálogo. Desde la Cámpora insisten en el cambio de rumbo y desde el Frente de Todos advierten que la situación interna se agrava con cada hora que pasa.
Luego de escalar a límites impensados, la interna del Frente de Todos (FdT) pareciera haber entrado en una etapa de negociaciones obligadas luego de que el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, se reuniera con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner para luego dirigirse hasta la Casa Rosada para mantener un almuerzo con el Presidente Alberto Fernández, con la intención de buscar descomprimir una situación que pone en jaque a esa coalición.
La actitud de Massa de mostrarse nuevamente como mediador entre Cristina y Alberto luego de un distanciamiento entre ambos que se extendió por espacio de varios meses y terminó derivando en una catarata de cuestionamientos contra las políticas económicas y distributivas que desde La Cámpora y el kirchnerismo duro le vienen imputando al Poder Ejecutivo, terminaron desgastando la gestión de Gobierno e impactaron de lleno en la figura del propio jefe de Estado.
En su rol de intermediario, el tigrense visitó primero en su oficina del Senado de la Nación a Cristina e, inmediatamente después de terminar ese encuentro, partió rumbo a la Casa Rosada donde compartió esta tarde un almuerzo con el mandatario.
Las reuniones de Massa con las dos principales figuras del Gobierno nacional, tuvieron lugar un día después de que el presidente le saliera a responder al camporista Andrés "Cuervo" Larroque, quien advirtió que no iba a llevarse el gobierno "a la mesita de luz", a lo que Alberto le contestó que el Gobierno "no es de nadie" sino "del pueblo".
El contenido puntual de las conversaciones fueron mantenidas en reserva y solo trascendió que el motivo de la visita a la Casa de Gobierno, tuvo como trasfondo la "agenda legislativa".
"Se reunieron por la agenda legislativa y la sesión de mañana que es importante", resumieron fuentes de Casa Rosada, en referencia a los pedidos que hicieron el Frente de Todos y Juntos por el Cambio para debates especiales con una hora de diferencia.
Sin embargo, desde el entorno de Cristina insisten en que el Presidente es quien debe convocarla a dialogar, pero por ahora en Casa Rosada no hay indicios en esa dirección.
Otras fuentes cercanas a la vicepresidenta, afirman que para sellar la paz con el Presidente, la Jefa tendría una condición sine quanon, que el ministro de Economía, Martín Guzmán, uno de los principales apuntados por los dirigentes cercanos a ella, los que hicieron fila para cuestionarlo, termine siendo eyectado del Gabinete, lo que Alberto viene resistiendo con firmeza y no estaría dispuesto a negociar, como tampoco aceptaría un pedido de renuncia en contra de Matías Kulfas y Claudio Moroni.
Reunión de Gabinete ¿amena?
Esta mañana y tras seis meses sin que ello ocurriera, se celebró en Casa de Gobierno la primera reunión de Gabinete en el marco de la peor crisis por la que atraviesa el Frente de Todos desde su llegada al Gobierno.
Pese a que el ministro coordinador, Juan Manzur, calificó la reunión como muy amena, lo cierto es que esté habría advertido que el no esté de acuerdo con las políticas implementadas por el presidente Fernández, tiene la puerta abierta para irse.
"En su discurso final, Manzur dijo que hay que caminar, mostrar que la política es esta y que al que no le gusta se vaya", reconstruyó un funcionario presente en la reunión sobre lo dicho por el jefe de Gabinete.
Tras el encuentro, del que no participó el presidente Fernández, allegados al mandatario reiteraron que no habrá cambios en el Gabinete, más allá de las críticas del kirchnerismo más duro.
"El Presidente piensa que hay que aguantar", señalaron sobre los cuestionamientos que se intensificaron en los últimos días.
En el inicio, y a modo de demostración de que cuentan con el respaldo de Presidente, hablaron Guzmán; Kulfas; y Moroni, y luego cada uno de los ministros fueron presentando sus minutas de gestión.
El encuentro tuvo la particularidad de la llegada tarde del titular de la del Interior, Eduardo "Wado" De Pedro, el más cercano de todos a Cristina.
"Todas las intervenciones hablaron del ruido político. Guzmán dice que este plan económico le cierra bien a todos, y que hay consultoras que hablan de un crecimiento del 7%", indicaron las fuentes.
La Cámpora insiste en el cambio de rumbo
En tanto que desde las filas de La Cámpora, no descartan que la mediación de Massa pueda abrir un camino de negociaciones en los factores de poder en el Gobierno, pero advierten que la cuestión de fondo es la política económica, específicamente en temas como salarios, poder adquisitivo, inflación y subsidios sociales.
En ese sentido, afirman que el corazón del planteo "está escrito en la carta de Cristina después de las PASO, que es la subejecución del presupuesto social, ese es el primer escalón en torno a los ingresos", señalaron ante la consulta de BAE Negocios.
Respecto a la salida o no de Guzmán del Gabinete, aseguran que ese espacio "no tiene un candidato a ministro de Economía, eso no existe", sino que el problema con el titular de Hacienda "es que pasa el tiempo, se acercan las elecciones y no se resuelven los temas, entonces la tensión va en aumento".
"Lo que se impone en lo inmediato, es reunir a las partes que integran la coalición en la Provincia, es decir, hacer una instancia de discusión colectiva, para que las puteadas sean para adentro", y en segunda lugar, señalan los voceros, qué "de manera muy rápida, porque estamos cada vez más cerca de las elecciones, se aumente muy fuente el gasto social, lo que pueda ser medible en el PBI, o bien que resuelvan el tema de la inflación, lo que veo difícil".
Frente de Todos: "la situación interna se agrava cada hora"
Por su parte, dirigentes del Frente de Todos bonaerense, consideraron que la situación interna "con cada hora que pasa es un poquito más grave, porque ahora se le estaría sumando una crisis en el Gabinete ministerial, debido a que en la reunión de hoy Manzur volvió a insistir que al que no le guste la política de Alberto que se vaya'".
"En el Gobierno no hay una señal de que alguien pueda reorientar la conversación como para ordenar un poco la política" pero lo que advierten como problema principal "es que no hay un rumbo económico, ni una definición de hacia donde vamos, y eso es lo que no ordena, más allá de que Alberto se pueda poner o no de acuerdo con Cristina".
En ese sentido, imaginan que ambos pesos pesados dentro de esa alianza, "están tensionando para recomponer el rumbo del Gobierno, porque si no, estamos hablando de una crisis institucional".
"Todo indicaría que el empuje hacia el crecimiento es más o menos posible", refieren, pero consideran que el principal problema es el bolsillo de la gente, "por lo que la decisión que se debería tomar para no seguir licuando los votos, es generar un fuerte shock distributivo".
Desde ese sector, entienden que hay que asumir cambios muy drásticos "porque si se sigue así, el 2023 ya está perdido" y entonces "lo que nos queda, es salvar las papas" y terminar el Gobierno de un modo ordenado.