Una marcha que la CGT comenzó a debatir en mayo
Más de 94 días dónde la movilización de hoy navegó entre destinatarios precisos, "contra nadie", desactivarla, con oradores, sin oradores y otras variantes
En la mensura mínima, 94 días pasaron desde que en la CGT se comenzó a activar la marcha que esta tarde tendrá lugar desde el Obelisco hasta el Congreso, y los debates dentro de Azopardo fueron intensos y variados. Uno de los ejes gravitantes resaltó en cuanto a “quién o quienes” apuntar en la protesta.
Dato no menor es que desde hacía semanas la central se abocaba a intentar alguna estrategia contra la inflación, y que ya se había pactado a favor de las paritarias como shock salarial con el Gobierno, vía tridente ministerial por entonces con Matías Kulfas, Martín Guzmán y Claudio Moroni y va de suyo, la UIA.
En los más de 3 meses como suele ocurrir en la Argentina, sucedieron no pocos acontecimientos.
Para arribar a este mix de ejes convocantes que abarcan la primacía de la patria, “interpelar a la clase política” (Gobierno incluído) y no obviar a los grupos concentrados y formadores de precios con poder real en el escenario económico, político y social, el punto de partida se trazó a mediados de mayo. Así describía BAE Negocios aquel escenario:
El 15 de mayo
En medio de un escenario social y económico marcado por la inflación, y a distancia resolutiva del paro nacional convocado por la Unidad Piquetera, la CGT debate sobre convocar a una movilización de trabajadores y trabajadoras contra el alza de precios. Con el eje en la defensa del poder adquisitivo, el titular de la Uocra, Gerardo Martínez, deslizó esa posibilidad horas después de manifestar que no necesitaba enseñanza política alguna para cerrar paritarias.
El triunviro Carlos Acuña también avizora una movilización, apuntando al empresariado por el incremento sostenido de precios. "Si es necesario se va a tomar alguna medida de fuerza contra los empresarios", dijo. Los responsabilizó incluso por la no existencia de "una inflación normal" y de "joder al pueblo, no al Gobierno". La óptica no es novedad, el también triunviro Héctor Daer había puesto dicho foco a fines de 2019 en declaraciones a este diario sobre los formadores de precios. Sin embargo la versión actual además exige "políticas antiinflación efectivas" desde la Casa Rosada.
Los sindicalistas mencionados integran el ala cegetista que tomó postura, después de las PASO 2021, a favor del presidente Alberto Fernández y ese respaldo abarca al ministro Martín Guzmán dentro de la interna del Frente de Todos. Ahora, no resulta sencillo vislumbrar una movilización cegetista, sobre todo desde las decisiones asumidas por Azopardo de no marchar el 10 de diciembre de 2021 y el pasado 1 de Mayo.
Tampoco asoma con facilidad la convocatoria en cuanto a la grieta expuesta en materia salarial respecto a "bonos y aumento de emergencia no, paritarias sí". El mismo Acuña revindicó horas atrás la postura negativa al aumento de emergencia, al considerar que "nos opusimos al aumento por decreto porque perjudicaba a las pymes y porque hay sectores, como el bancario, que pueden negociar mejor", según lo manifestó a El Destape Radio.
Empero para todo el arco de organizaciones gremiales que responden al también triunviro Pablo Moyano y las incondicionales al kirchnerismo, la necesidad de sumas fijas en estado de emergencia, como las que se pagaron en el Congreso y la Anses, son necesarias y urgentes.
Gracias, no totales
El sábado (14 de mayo) en Lanús el diputado y titular del PJ Bonaerense Máximo Kirchner le agradeció al Poder Ejecutivo el adelantamiento de los tramos del Salario Mínimo, que requirió vía proyecto de resolución en Diputados. "Gracias a Dios el presidente Alberto Fernández escuchó con buen tino y acompañó esa idea por lo cual no le agradezco yo en mi nombre sino en el nombre de trabajadoras y trabajadores", dijo el hijo de la vicepresidenta en sugestivo mensaje.
La CGT mientras tanto avaló en forma pública el pedido de titular de Diputados, Sergio Massa, al ministerio de Economía para la modificación de los topes correspondientes al impuesto a las Ganancias. Y en reuniones cerradas se quejan por la falta de actualización de la asistencia a las obras sociales, que recalcan como diezmadas por las enfermedades complejas y todo lo que sobrellevó y sobrelleva la pandemia.

Todo en el escenario donde la CGT es testigo y parte de la interna oficialista, mientras según pasan los años se mantiene allí en grado de indiscutible el precepto de Juan Perón respecto a que "la organización vence al tiempo" y aunque esa frase hace la supervivencia de la central, bajo el Gobierno que fuere, no es menos cierto es que la organización también pierde por goleada ante la inflación.