Ignacio Brusco: "Los jóvenes tienen interés en la medicina porque tiene un pensamiento solidario y de asistencia"
El decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) analiza los desafíos para la formación de los profesionales de la salud

Por Santiago Basso
El flamante decano de la Facultad de Medicina de la UBA, Ignacio Brusco, analizó los desafíos y las necesidades de los médicos argentinos y destacó el liderazgo del país en enseñanza y las carreras de ciencias de la salud. Neurólogo y psiquiatra, titular y jefe del Departamento de la Facultad de Psiquiatría y Salud Mental de la Universidad de Buenos Aires (UBA), profesor adjunto de fisiología en la universidad, doctorado en medicina y en neurología, presidente de la Asociación Alzheimer Argentina y ahora decano de la Facultad de Ciencias Médicas (UBA).
Fuerte defensor de la universidad pública y del reconocimiento de los médicos por parte de la sociedad, Brusco dialogó con BAE Negocios, en donde escribe su columna semanal.
-¿Qué es lo que hoy requieren los estudiantes de medicina?
-Lo más importante es la salida laboral, con mejores salarios y más reconocimiento, porque los aplausos que antes recibían ahora quedaron olvidados. Además existe cierto temor al ejercicio de la profesión, principalmente debido a la judicialización de la medicina que hace que muchos profesionales tengan miedo. Eso desemboca en dificultades operatorias para las clínicas y los hospitales en donde trabajan. De todas formas, esto último pasa en todos lados, no solo en Argentina.
-Sin embargo, los estudiantes de medicina continúan en aumento, ¿por qué?
-Los jóvenes tienen un mayor interés en la medicina y actualmente le dan mucha prioridad a la salud. Existe entre los jóvenes un pensamiento solidario, de asistencia, de pensar en el prójimo. No todo son criptomonedas.
-Este año se anotaron 20.000 personas en el Ciclo Básico Común (CBC) de la facultad, y 10.000 de ellos lo hicieron en medicina, ¿la pandemia tuvo algo que ver en esto?
-Es una tendencia que viene desde antes. Los números vienen incrementándose hace más de cinco años. También es verdad que la pandemia tuvo un impacto muy importante y mostró la importancia de la participación de las ciencias de la salud en la sociedad. El Covid-19 generó una muy buena predisposición de los estudiantes de medicina, con una solidaridad muy grande que se refleja, por ejemplo, en el voluntariado en las Unidades Febriles de Urgencia durante la parte más fuerte de la pandemia.
-¿El coronavirus impactó en la enseñanza?
-No hubo un impacto de importancia. Gracias al modelo híbrido se pudieron retomar rápidamente las prácticas correspondientes y existió buena receptividad de los estudiantes y de los docentes.
-¿Piensan continuar con el modelo híbrido?
-Nosotros priorizamos la presencialidad, que genera mucha menos interacción, algo clave para nuestra profesión.
-¿Cuál es el nivel de enseñanza de Argentina en el plano continental?
-Somos líderes no solo en enseñanza sino también en posgrados y en papers con referato, por ejemplo. Aunque el mayor porcentaje de estudiantes es argentino, también tenemos el honor de contar con muchos extranjeros, algo que no hace más que demostrar el enorme nivel de la UBA. Y eso se ve en la continuidad en el estudio: el porcentaje de deserción es bajo y la mayoría termina.
-¿Sobran médicos?
-Para nada. Al revés. La pandemia demostró que no sobran en ningún lado, ni siquiera en la Ciudad de Buenos Aires. Es un pensamiento erróneo, primero porque no todos los graduados ejercen como médicos sino que algunos se dedican a la fisiología o a la genética, por ejemplo.
-¿Qué pasa con las residencias?
-En la pandemia se evidenció mucho la falta de médicos en residencias, sobre todo en terapia intensiva, en donde hay dificultades para el acceso y para el trabajo. La Facultad de Medicina tiene su propias residencias de formación UBA hace unos años y se asocia con entidades importantes, como el Hospital de Clínicas, el Instituto Lanari, el Hospital César Milstein, el Fleni o el Centro Gallego, entre muchas, para el desarrollo de las residencias. Muchas clínicas privadas y hospitales públicos se sumaron a este proyecto.
- De cada diez estudiantes de medicina hay tres de enfermería, ¿se necesitan más enfermeros?
- En la facultad estamos priorizando la enfermería como desarrollo y en el último tiempo se registró un crecimiento de la matriculación. Es una profesión esencial, pero necesita mejores salarios y un reconocimiento de desde las instituciones gubernamentales como carrera profesional que todavía no tiene.
-¿Qué se necesita para ser un buen médico?
-Siempre nos remitimos a cuatro pilares fundamentales: un médico tiene que estudiar mucho, ser buena persona, pasarla bien y escuchar. Si no la pasa bien, los dos primeros pilares no funcionan. Y escuchar es lo más vital de la profesión: en tiempos en donde la virtualidad reemplaza tanto la interacción como las relaciones interpersonales, poner el oído para entender a los pacientes hace a cualquiera un mejor médico.