En la última edición de Empire Magazine, la revista británica dedicada a Hollywood y que suele instalar tanques, el realizador James Cameron habló sobre Avatar: el camino del agua, su esperada (pasaron quince años) primera secuela (serán cuatro) de Avatar. Y dedicó palabras duras a quienes se quejan de la duración de las películas, especialmente porque Avatar 2 durará alrededor de tres horas.

"No quiero escuchar a nadie quejarse por la duración de la película -dice Cameron en la entrevista- cuando hoy la mayoría de las personas se sienta a hacer maratón de una serie por cuatro, cinco y hasta seis horas. Irónico, dijo que "casi puedo escribir yo ese párrafo de las críticas 'la tremenda película de tres horas...'; por favor... vi a mis hijos ver cuatro o cinco episodios de una hora de una sentada... El nuevo paradigma social que hay que establecer es 'no hay problemas en pararse para ir al baño".

El problema de la duración de las películas es algo novedoso. En 2019, fueron miles las bromas respecto de la duración de El irlandés, la última película a la fecha de Martin Scorsese. Sin embargo, duraba un par de minutos menos que otra de sus peículas, la muy celebrada Buenos Muchachos, de 1989, filme que además compitió por el Oscar con El Padrino 3 (tres horas) y con la gran ganadora de ese año, Danza con Lobos (casi cuatro).

El propio Cameron ha superado casi siempre las dos horas. De hecho, Avatar dura -en versión no extendida, que se estrenó luego y llega a las tres horas- 162', y es la película más taquillera (sin ajustar por inflación) con 2.865 millones de dólares, seguida por Avengers-Endgame, que dura tres horas, dos minutos (2.800 millones). Yarias de las películas más taquilleras y ganadoras de Oscar de la historia duran más de tres horas: la más vista (ajustada por inflación supera los 3.500 millones de dólares recaudados) Lo que el viento de llevó supera las cuatro horas; y son más de tres en el caso de los tres filmes con más estatuillas ganadas: Ben-Hur, El Señor de los Anillos-El Retorno del Rey y Titanic, de Cameron también, todas con doce Oscar y éxitos monumentales.

¿Cuál es la controversia? Que el público más joven dejó de ir al cine a ver un relato continuo largo salvo que se trate de algo relacionado con superhéroes (la estructura narrativa de Endgame es la de varios episodios de una serie, algo recurrente hoy) y que los cines quieren filmes más breves para tener más pasadas, especialmente cuando se han achicado las ventanas de exhibición exclusiva en salas. No parece ser algo que, a esta altura y con varios megaéxitos revolucionarios de taquilla en su haber, moleste a James Cameron.