Seguramente está harto de los superhéroes. No pasa año sin que haya peticientas películas dedicadas a estos peronajes que nacieron hace ochenta años y que, si contamos algunos antecedentes, llevan un siglo reventando a trompadas y rayos láser a cuanto villano y monstruo ande suelto, Hitler incluido. Lo raro es que sean el género "de hoy" cuando son tan viejos. Pues bien, hay razones, tanto cinematográficas como de las otras. En principio, recién en las últimas décadas se desarrolló la tecnlogía necesaria para que estos seres puedan representrse en la pantalla de modo verosímil. Pero eso no explicaría demasiado. Lo que explica el éxito es el 11/S. En efecto: ese día los EE.UU. (el género es sobre todo estadounidense, Patoruzú aparte) descubrieron que había peligros gigantescos, que imágenes monstruosas como la demolición en minutos de los rascacielos más altos del mundo era posible. Hacía falta personajes que lidiaran, simbólicamente, con amenazas sobrehumanas. Y ahí estaban ellos, herederos del cowboy, del detective privado, y del ex-soldado hiperfuerte (Rambo, McQuade, cualquiera de Schwarzenegger en los 80) con ansia de justicia a los tiros.

Dicho esto, vamos a recomendarle a quien solo jura por Bergman y Kiarostami (que no está mal) las películas que mejor comprenden el género para que, por lo menos, no lo odie, o al menos intente comprender por qué estos filmes sincronizan con el estado de las cosas. Están en varias plataformas por ese temita de los derechos exclusivos. Pero sabemos que, si las quiere ver, sabrá cómo. Nosotros no diremos nada.

Superman -1979- es la primera y principal. Sentó las bases: actores famosísimos (Marlon Brando, Gene Hackman), presupuesto generoso y todo el mito en pantalla. Es, además, una de las primeras películas de Richard Donnner, que venía de hacer La Profecía. Basta ver las escenas de la vida del joven Clark Kent en un campo de Kansas para entender la cercanía al western (así lo filma Donner, muy "a la Ford") y establece un tema: cuál es el límite del uso del poder. Además, tiene mucho humor y en ocasiones, aprovecha los encuadres de las historietas para situar a los personajes. Christopher Reeve era un gran comediante (vean su torpe y adorable Clark Kent) y Hackman como Luthor entiende todo. Está en HBO Max.

Si bien Batman Vuelve es mejor, la primera Batman de Tim Burton tiene mucha tela para cortar. Entiende que no hay mejor película de héroes que aquella que puede representar la simpatía por el diablo: Jack Nicholson tiene uno de sus mejores papeles como el Guasón. Es un payaso, es un criminal y está loco. Sienta otro tema: el superpoder (bueno, el de Batman es la guita, claro) es lo único que, con un poco de suerte, puede controlar a una voluntad que es puro caos e irracionalidad. Aún así, con su oscuridad de peluche, es bastante melancólica: no se fácil ser Batman. De paso, este mismo tema se amplifica de modo realista en Batman-El caballero de la noche, de Christopher Nolan, donde otra vez el Guasón -Heath Ledger en el rol de su vida, literalmente- se lleva las palmas. Ambas, también, en HBO Max.

Capitán América-El Primer Vengador ( Disney++) es brillante por varias razones. Entiende la época en la que nacieron estos personajes, dado que narra cómo el esmirriado Steve Rogers se transforma en el héroe que fue a pelear contra los nazis. El realizador Joe Johnston había comenzado su carrera con una película sobre un superhéroe de los 40, Rocketeer, y aquí vuelve a tomar esos colores propios del cine y la historieta a cuatro colores, del ritmo de aventura clásica, de la inocencia del juego infantil contra el mal que es parte del encanto del género. Incluye, además, un homenaje a los grandes musicales y reconstruye la época en la que nacieron estos seres más grandes que la vida. Y, sobre todo, el por qué. El elenco es puro talento.

Sobre inocencia y juego, Guardianes de la Galaxia. Es una película vista desde los ojos de un niño, o de un niño que no pudo crecer y que, ante la muerte y la pérdida de la familia, logra refugiarse en un universo de pura fantasía donde es un héroe. Sus compinches son el forzudo del barrio, la chica linda y peleadora, su mascota animal y un árbol para trepar. Pocas películas son tan luminosas e inteligentes como Guardianes..., que apela a la fantasía hiperbólica desde el propio nombre. Recuerda además que el cómic siempre fue un poco satírico, una evasión necesaria de la realidad cotidiana, el puro juego ( Disney++).

Y finalmente, vean Deadpool y Deadpool 2. Que se hace cargo de la parte absurda del asunto con chistes subidos de tono, sangre a raudales y humor negro, pero en realidad paródico respecto del género, todo el tiempo cuestionado y material para la chacota. A pesar de ello, permite comprender qué es este género, hacia dónde va y por qué funciona: necesitamos fantasía en un mundo que parece disolverse como la cara del protagonista. Sirven, pues, para ver las costuras y reírnos de ellas. En Star+.

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