The Playlist: cómo es la miniserie que cuenta el origen de Spotify
En sólo seis episodios, The Playlist relata los convulsionados comienzos de Spotify y el streaming, una de las tecnologías más disruptivas de la cultura popular, a principios de este siglo. Música, dinero y conflictos.

Por Analia Caballero
Como cada vez que un jugador intenta ingresar al juego y amenaza poner patas para arriba lo establecido, hay resistencia y conflicto. Para los que gustan conocer la génesis de esos inventos que cambiaron nuestros hábitos modernos, acaba de estrenarse en Netflix The Playlist, que retrata cómo un joven genio sueco modificó para siempre la industria musical.
Está naciendo el siglo 21 y las nuevas generaciones empiezan a optar por no comprar tantos CDs. ¿Por qué gastar para escuchar a un solo artista a la vez, en lugar de tener al alcance de la mano listas de reproducción confeccionadas a medida, con nuestros temas favoritos?
El avance de lo digital, la posibilidad de comprimir archivos de audio de manera que se pueda disponer de muchas canciones en poco espacio virtual ya venía acechando a la dinosáurica industria discográfica.

Corre 2002 y, a diferencia de la muy vigilada Estados Unidos, en Suecia se respira libertad y creatividad tecnológica. Un sitio que se proclama ilegal ya desde su nombre es furor entre los más jóvenes: The Pirate Bay, literalmente “La Bahía Pirata”.
El buscador y tracker de archivos BitTorrent se postulaba políticamente como una escupida en la cara al copyright y una bandera de libertad para la juventud. La posibilidad de descargar cualquier canción en cualquier momento y de manera gratuita era invencible. ¿Cómo superar esa idea?
The Playlist: cuando todo cambió
La realidad es que The Pirate Bay ya era cuestionada por la justicia y denunciada por las compañías discográficas, lo cual la tenía contra las cuerdas todo el tiempo. Además, seguía teniendo el “incoveniente” de que se requería espacio en disco, luego utilizar un reproductor externo para hacer las playlists y por supuesto, como todo protocolo P2P, no estaba realmente al alcance del gran público que desconoce el sistema.
Es entonces cuando Daniel Ek (Edvin Endre) entiende cuál debe ser el próximo paso: el Señor Streaming. Su idea era tan revolucionaria hace 20 años que ningún empresario o inversionista quería siquiera perder tiempo escuchándola. Los veteranos que movían los hilos entonces no entendían el concepto, dominados por su pensamiento analógico.
Eran tiempos en que Youtube recién comenzaba a ser “una página donde la gente graba sus videos y los publica” como le cuenta su hijo adolescente a Per Sundini (Ulf Stenberg), el -comprensiblemente- reaccionario presidente de Sony Suecia.

Per está en batalla abierta con The Pirate Bay y no quiere ni oir hablar de Spotify, convencido de que este tipo de cosas significaría la muerte de su ya agonizante negocio. Pero el joven Ek es persistente, y no se amedrenta fácil.
Logra que el directivo vea y pruebe su plataforma: magia. Las canciones sólo se tipean en el buscador, se le da play y se escucha. “¿Cómo es que no la descarga primero?” pregunta asombrado el empresario modelo siglo 20.
Por supuesto que la idea romántica del emprendedor que lucha contra viento y marea por su sueño está presente, pero también los múltiples problemas que tuvo Spotify desde el inicio. Principalmente los aspectos legales: las discográficas harían todo lo posible por desalentar esta tecnología que -ahora lo sabemos- las obligarían a reinventarse para sobrevivir a la imparable ola que se veían venir.
Por eso, contratan a una notable abogada especialista en derechos de autor, decepcionada con el mundo corporativo tradicional, que dará a la ambiciosa start-up sueca el empujón fundamental.

The Playlist tiene varios condimentos que la hacen atractiva y fácil de ver. El espíritu quijotesco de jóvenes con un sueño -algunos movidos por ideología, otros por dinero- el retrato de una época en que la música estaba mutando tanto en su sonido como en el concepto de difusión y consumo, y la lucha que se repite cada tantos años entre el status quo y la innovación.
Los cambios de concepto en cuanto a cómo y dónde surgen los artistas exitosos, el rol de las discográficas y un fenómeno particular: estos fueron los años en que los DJ's, antes meros "pincha discos" comienzan a hacer su propia música (perdón, Pappo, pero es así) y se convierten en las nuevas estrellas de la escena.