Si bien los analistas creen que seguirá siendo la moneda mundial dominante en el futuro, el dólar está en un declive relativo en comparación con otras monedas como el yuan, la rupia e incluso el rublo.

Uno de los que pone en duda que esto ocurra rápido es el economista británico Michael Roberts, quien afirma que "se habla de que el dominio del dólar estadounidense disminuirá y que la economía mundial se dividirá en dos bloques: oeste y este, siendo Estados unidos, Europa y Japón el oeste y los regímenes 'autocráticos' de Rusia y China, junto con India, el este".

Roberts explica que "Rusia y China han pedido rutinariamente un nuevo orden financiero internacional y han trabajado para desplazar al dólar en la cúspide del actual régimen monetario global. La adición del renminbi en 2016 a la canasta de monedas que componen los derechos especiales de giro del FMI representó un importante reconocimiento mundial del creciente uso internacional de la moneda china". Pero aunque el economista británico acepta el declive y la decadencia del dólar, cree que su caída no será inmediata.

Es en este contexto que el acuerdo firmado por Martín Guzmán con los técnicos del Fondo Monetario, que ya aprobó el board del organismo multilateral de crédito, desató fuertes críticas entre los economistas más cercanos al Instituto Patria. Y es que el acuerdo con el Fondo plantea, en su letra chica, que "de conformidad con los compromisos en los acuerdos con el FMI, evitaremos introducir o modificar prácticas de múltiples monedas y concluir acuerdos de pagos bilaterales". En criollo, eso quiere decir que Argentina no podrá comerciar directamente con pesos y otra moneda con la que no lo hubiese hecho antes de la firma del acuerdo sin que intermedie el dólar.

No son pocos los que creen que el FMI opera como un gendarme mundial del patrón dólar. Y, en un mundo en que la invasión rusa a Ucrania ya hackeó los precios de la energía y de los comodities, es probable que lo próximo sea una guerra de monedas y que lo firmado con el Fondo se transforme en un corset para el comercio internacional argentino. Una escollo más para el futuro del país, en el medio de una crisis que parece ser cada vez menos una oportunidad para la República Argentina.

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Ernesto Hadida

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