A lo largo de la historia, en nuestro país, han existido interesantes debates en derredor del sesgo productivo que debía adoptarse. La dicotomía “librecambio-proteccionismo” fue uno de ellos. Así, a finales del Siglo XIX y principios del XX, encontramos ejemplos antitéticos de las posiciones tomadas. Por un lado, Juan B. Justo, quien señalara, sobre la oportunidad (o no) de importar harina (más barata) de terceros mercados: “No hay ningún motivo para empeñarse en garantizar ganancias extras a los señores molineros de nuestro país, en perjuicio evidente de los consumidores de pan y de los obreros molineros de otros países, y de los agricultores, clase productora incuestionablemente más digna de consideración” (1). Y,  por otro, Carlos E. J. Pellegrini, quien aseguraba: Llos que defienden teorías sostenidas en otras partes apoyan intereses contrarios a los propios. Es necesario que en la República se trabaje, y se produzca algo más que pasto. Es necesario economizar hasta donde se pueda el valor en trabajo que hoy pagamos al extranjero por artículos importados” (2).


Este tipo de controversias encuentra, en nuestros días, plena vigencia.

Sin embargo, nunca el panorama internacional, como hoy, ha sido tan favorable para facilitar los procesos manufactureros en terceros países; la irrupción del Nuevo Orden Internacional (NOI), que “sepulta” la perimida Globalización (donde se consolidaban algunos pocos países industriales como “fábricas del mundo”(3), así lo permite.
En tal sentido, en “Una Argentina...” (BAE Negocios, 18/02/2018), se sostenía que: “emerge un nuevo orbe, caracterizado por la puesta en valor de los vectores de competitividad de las economías nacionales. Sin embargo, esto se desarrolla en una dinámica de fondo esencialmente confrontativa, una lucha sin concesiones por la determinación de cuáles son los pueblos que tendrán trabajo y cuáles lo perderán”.


En este marco...

Vuelve el “Made in USA”

Oportunamente, en “En el Mundo se discute... Poder y Negocios” (BAE Negocios, 15/05/2022), se señalaba que la Administración Trump, con:
el retiro del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica,
• la paralización de la Organización Mundial de Comercio (OMC),
• la renegociación del NAFTA,
y
• las Regulaciones del Comercio Exterior,
entre otras decisiones, dio origen al NOI (4).
Sin embargo, la velocidad de “avance y de consolidación” de lo naciente sobre lo perimido (que estaba condicionada por el tiempo de reemplazo de las cadenas de suministros imperantes en la globalización), no era la adecuada para algunos sectores de la dirigencia del país norteamericano. Consideraron entonces, una alternativa “más rápida y eficaz”: el uso del “musculo militar”.


Así, con la Gestión Biden (no es que vuelve lo “viejo”, toma impulso lo “nuevo”) irrumpe el “belicismo”, con trágicas consecuencias para aquellos territorios que son epicentro de su entrada en operaciones. Prueba flagrante de la continuidad sostenida en materia económica es el discurso recientemente brindado, por el actual Presidente, en el Estado de la Unión, donde afirmó: “Ya hemos creado, con su ayuda, 800.000 empleos manufactureros bien remunerados, el crecimiento más rápido en 40 años.
Y, ¿dónde dice que Estados Unidos no puede ser el líder mundial de ese sector? No sé dónde está escrito eso.


Durante muchas décadas importamos productos y exportamos empleos. Ahora, gracias a todo lo que han hecho ustedes, estamos exportando bienes y creando empleos locales...”, agregando: “Nuestro país fabricaba casi el 40% de los chips del mundo. En las últimas décadas perdimos esa ventaja y sólo producimos el 10%.

Todos vimos lo que ocurrió durante la pandemia cuando cerraron las fábricas de chips en el extranjero... los precios de los autos subieron, hubo despidos en masa, y lo mismo sucedió con los frigoríficos y los teléfonos móviles. No podemos permitir que eso vuelva a ocurrir... amigos, sé que me han criticado por decir esto, pero no voy a cambiar mi punto de vista. Nos estamos asegurando de que nuestra cadena de suministro empiece aquí mismo”.
Por lo tanto, en el Norte o en el Sur...


Sin Industria no hay Nación

Esta frase, que engalana a una de las instituciones rectoras de tal actividad en nuestra patria, es una clara síntesis de la vocación de un vasto grupo de empresarios, por construir un sector determinante en el quehacer productivo argentino.
No obstante se ha instalado, en algunas esferas (principalmente en los espacios con premisas globalizadoras), la idea de que se debería diseñar una “Argentina Pos- Industrial”, como tránsito hacia la resolución de la restricción externa (5).

El “marco teórico” que antecede a la implementación de las políticas ejecutadas por esa visión es, cuanto menos, obsceno: “si un conjunto de empresas (v.gr. las terminales automotrices) es deficitario en su balance en divisas, eliminémoslas”.

Naturalmente, tienen cabal comprensión de que, a partir de esa decisión, se incrementará la tasa de desocupación, pero no les preocupa: “resolverán” el incordio con los diversos tipos de “planes”.

Este “mal pensar”, por cierto, se deriva de una profunda incomprensión del fenómeno industrial, tanto nacional como internacional, ya que existe un consenso generalizado en que el mismo es el gran proveedor, en forma directa o indirecta, de puestos de trabajo de alta productividad, además del más amplio generador de procesos de innovación y desarrollo, facilitando la investigación primaria y la especialización por sectores, empresas y trabajadores.


Para ello, es indispensable procurar una macroeconomía consistente, con superávits gemelos (6), que facilite la convocatoria a un Magno Acuerdo Social (MAS), donde los dirigentes empresariales, sindicales, religiosos, políticos y sociales alcancen acuerdos, a mediano y largo plazo, que abarquen no solo a los precios relativos, los sueldos y salarios, los tipos de interés, las tarifas de los servicios públicos y las tasas, contribuciones, derechos e impuestos; sino también a:
• la búsqueda de los “mercados de referencia” (7) plausibles para “nuestro buen vivir”,
• la determinación de las “tecnologías convenientes” (8) a utilizar, procurando el mejor “estado del arte”,
y
• la nueva distribución del ingreso, que impida el aumento (perjudicial para la gobernanza del todo social), de la “plusvalía relativa” (9).

De esta forma, el MAS, fungirá como continente del “Segundo Congreso de la Productividad y del Bienestar Social” y como lugar de encuentro armónico entre el movimiento obrero organizado y los empresarios, bajo la pertinente advocación de la encíclica Rerum Novarum, donde se explicita que: “el capital no puede subsistir sin el trabajo, ni el trabajo sin el capital”.

Así, la Comunidad Argentina incorporará como “un todo” el esfuerzo que demanda tal cometido, que se verá reflejado, si es necesario, en una disminución de los costos primos y en los precios de venta de los bienes y servicios generados.
Con este accionar, los “grados de libertad” conseguidos permitirán implementar, de manera definitiva, un Modelo de Desarrollo Económico Permanente y Sustentable (MoDEPyS), con orientación a la producción.

Lic. Guillermo Moreno

Lic. Pablo Challú

Lic. Walter Romero
Agradecemos la colaboración de Marcos von Ifflinger

1-  Opinión vertida en 1920 por Juan Bautista Justo. “La Moneda”, edición de La Vanguardia, 1977.
2-  Discurso de Carlos Pellegrini en los debates legislativos de 1876, en torno a la Ley de Aduanas.
3 - Esto sin perjuicio de ser el Sistema Financiero Ampliado el gran ganador del esquema.
4 -Siendo los otros la Revolución Energética Norteamericana y la construcción de una Alianza de Orden Uno entre los EEUU y la Federación Rusa en torno al “vector energético”, tópicos profusamente desarrollados en “La consolidación del Nuevo Orden Internacional” – Parte I (BAE Negocios, 17/04/2022) y Parte II (BAE Negocios, 24/04/2022).
5 -Restricción externa es la limitación al crecimiento económico del aparato productivo como consecuencia de la falta de disponibilidad de divisas.
6 - Los Superávits Gemelos refieren al saldo positivo del Resultado Fiscal Primario y de la Balanza Comercial.
7- Denominamos mercados de referencia el espacio productivo destacado por presentar un “estado del arte” adecuado.
8- Tecnología conveniente: concepto largamente desarrollado, entre otros, por el Lic. Jorge Zaccagnini.
9-  Plusvalía relativa: cantidad de plusvalía extraída de la fuerza de trabajo por unidad de tiempo.

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Guillermo Moreno

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