La erradicación del trabajo infantil: un compromiso con el presente y el futuro
Cada 12 de Junio, desde hace 20 años y por iniciativa de la Organización Internacional del Trabajo ( OIT), reflexionamos en torno al Día Mundial contra el trabajo infantil. Hoy, más que nunca, cobra particular relevancia el principio explicitado por el General Perón y Evita, al recordarnos que “en la nueva Argentina los únicos privilegiados son los niños”.
Para volver a lograr la concreción de tan altas aspiraciones, resulta necesario, en primer lugar, comprender el carácter central del accionar público en la materia.
Como se expresó estos días en la 5ª Conferencia Mundial sobre el Trabajo Infantil, se necesitan acciones urgentes y de gran alcance para acabar con el trabajo infantil en el mundo. Y esto se logra aumentando la inversión en los sistemas y regímenes de protección social universal, para seguir construyendo pisos de protección sólidos que eviten el trabajo denuestros niños.
Sabemos que la ley prohíbe el trabajo infantil; pero no seamos hipócritas: también sabemos que existe. Faltan apenas tres años para alcanzar el objetivo de erradicar el trabajo infantil -de aquí a 2025- y ocho para el objetivo de eliminar el trabajo forzoso, de aquí a 2030, según la meta 8.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas ONU. La magnitud del esfuerzo a realizar, debe tener presente estas metas, so pena de preparar el camino para una nueva decepción.
Además de ello, debemos considerar los efectos de la pandemia del Covid-19 y los escenarios de guerra y conflicto presentes en distintas zonas del mundo; generadores de consecuencias altamente negativas sobre la salud, el progreso socio-económico y la igualdad ascendente, es decir, sobre el desarrollo integral de las sociedades.
Que no se diga lo lejanos que resultan aquellos conflictos, atento su marcada incidencia en nuestra micro y macroeconomía, comenzando por el precio de los bienes y servicios, para proyectarse a todo aquello que está llamado a importarse o exportarse.
El marco apuntado, ha venido a constituirse en otro factor condicionante para la acción, compromiso y presupuesto estatales que necesariamente debieran empeñarse en el mejoramiento de los sistemas y regímenes de protección social; pero no puede erigirse en excusa o valla para muchas otras ideas y procedimientos adecuados a los fines propuestos.
En este orden de ideas, cabe señalar que desde la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires,hemos presentado el proyecto SOS rural, que cuenta con media sanción en Diputados, a través del cual se permitirá una clara y precisa identificación de los establecimientos ubicados en aquella vasta zona; circunstancia que permitirá, a su vez, agilizar el acceso a los mismos, con el consiguiente beneficio de acortar tiempo y distancia en la prestación de los servicios públicos esenciales: seguridad, salud, educación y respuesta ante toda emergencia.
Dentro de los tipos de trabajo infantil más habituales, podemos señalar al trabajo rural; caracterizado por la presencia de algunas niñas, niños y adolescentes que trabajan en la preparación de la tierra, la siembra y la cosecha, cuidan animales y cultivos, participando asimismo en muchas otras tareas propias del sector. Esta herramienta que llamamos SOS rural, podría eventualmente contribuir a su erradicación, permitiendo un mejoramiento sustancial de la comunicación entre el campo y la ciudad, proyectado en los canales para denunciar, fiscalizar y planificar, entre otros.
Simultáneamente, hemos presentado proyectos de ley sobre la importancia de la conectividad para zonas rurales y la respuesta eficaz a las cuestiones de violencia de género y abuso infantil, que apuntan no solo al campo sino también a pueblos del interior con similares necesidades, siempre lejanas a los planes privados de inversión, atento eminentes razones de índole económica.
Esto es solo un comienzo, o apenas algunas herramientas para utilizar en el marco de un abordaje o plan integral que deviene urgente y necesario; más resulta imperativo que todas y todos, desde nuestro lugar, pensemos y hagamos algo en miras a tan complejo y profundo problema.
Si cada uno desde su lugar hace lo que tiene que hacer, volveremos a ponernos en marcha hacia un escenario de retorno y consolidación de los años felices, aquellos que permitieron decir a Perón y Evita que los únicos privilegiados eran los niños.
Todo pueblo que fue, será y toda causa justa merece lo mejor de nosotros, comenzando por la protección debida a las nuevas generaciones.
* Diputada PBA por el Frente de Todos- Secretaria de UATRE Sección San Vicente