Oportunamente, en "Palabras más, palabras menos" (BAE Negocios, 18/09/2022) se analizaba el Decreto de Necesidad y Urgencia 576/22, que dispuso una insólita medida: revaluar el dólar (alrededor del 40%) por veinte días hábiles (durante septiembre) para el poroto de soja y sus derivados.

La norma en cuestión tuvo múltiples impactos domésticos e internacionales:

  • una extraordinaria transferencia de ingresos en favor de los sectores tentísticos (terratenientes de la zona núcleo de la Pampa húmeda) desde los sectores populares (profesionales independientes, trabajadores formales e informales, jubilados y pensionados, entre otros) a través del aumento de los precios en los "bienes salario" (aceite de soja y mezcla, carnes avícola y porcina, huevos y leche, entre otros) y en las cadenas de valor del biocombustible, del alimento balanceado, de las glicerinas, etcétera
  • un incremento "artificial" en la tasa de retorno del "bien soja" vis a vis el resto de las explotaciones, tendenciando la producción (aún más) al monocultivo
  • un alza en las tasas de interés, reguladas y no reguladas, ante la necesidad de ampliar la "esterilización" (vía Letras de liquidez) de la emisión monetaria que demandó la puesta en práctica de la medida
  • un aumento del déficit fiscal total (1), ya que la variación positiva del déficit cuasifiscal (2) superó la disminución (mayor recaudación por derechos de exportación) del déficit fiscal primario (3)
  • una vulneración de las "buenas prácticas" del comercio internacional, que impide los "subsidios cruzados" (4) (internos o externos) para la penetración en terceros mercados.

Ahora bien, ante tantos desatinos, las preguntas que merodeaban "en el ambiente" eran: quién es el "cerebro" que la pergeñó y qué "sutilezas" discursivas utilizó para convencer a los decisores, ya que hay que atreverse a tomar una medida del tipo "todos ponen, uno lleva".

En este sentido, en "Política económica... (Parte I) (BAE Negocios, 16/10/2022) se sostenía que un artículo de autor, en un diario especializado en información económica y financiera (5), "allanaba" los interrogantes.

El CEO de una relevante compañía dedicada a la comercialización de insumos para el sector agroexportador, y que utiliza la metodología de "compensación con productos" (6) para saldar las cuentas acreedoras y deudoras de sus clientes/proveedores, se "hizo cargo" de su génesis.

Ahora bien, ellos no tomaron nota, ya sea por desconocimiento o confluencia de intereses.

Y, no solo eso, más aún...

¡Otra vez soja!

Así, a través de otro DNU (787/2022), el Poder Ejecutivo decidió, violentando sus propios "decires" (que sería "por única vez") y a pesar de los perjuicios ut supra señalados ocasionados a sectores populares y en la cadena sojera (expresado por la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina a través de un comunicado firmado por su consejo directivo), reeditó la medida para diciembre .

Para ello, y dado el tiempo transcurrido (desde septiembre), reconoce un valor por dólar de $230 y complementariamente baja las retenciones del 33% al 31% para los derivados (aceites y harinas) del poroto de soja.

Naturalmente, para poder operativizarlo rápidamente, acepta la registración contable, en el Banco Central de la República Argentina, como una especie de "deuda" (si bien se emiten los pesos correspondientes) hacia los exportadores a partir de mecanismos definidos como prefinanciación y anticipo de liquidaciones de exportaciones.

De esta forma...

La historia se repite dos veces: ¡ambas como tragedia!

Revaluar el dólar con respecto al peso y disminuir los derechos de exportación (7) en algunos productos alimenticios, imitando las decisiones tomadas por la administración Cambiemos al inicio de su gestión, atenta directamente contra el poder adquisitivo de los ingresos populares dado que:

  • aumenta el sesgo de comercialización del producto hacia el mercado externo, ya que a mismo precio en dólares se reciben más pesos, obligando al cliente interno (que abona en moneda doméstica) a equiparar la situación, ofertando un mayor precio de compra si desea hacerse del bien y no padecer desabastecimiento
  • la disminución de "retenciones", incrementa proporcionalmente el precio en el mercado interno, elevando el margen empresarial.

A su vez, como ya fuera reconocido por los diversos eslabones que integran la cadena de valor, presentan un cúmulo de distorsiones: el sector "ganador" abusa de su posición particular, en contra de los intereses de aquellos que utilizan la oleaginosa y sus derivados como insumo.

Este "juego" ha generado resistencias por doquier, llegando incluso al pedido de revisión de la medida por parte de organizaciones gremiales empresarias.

Cabe aclarar que los incentivos dispares (y un tipo de cambio diferencial lo es) son una "herramienta" normalmente utilizada por los países del orbe y están justificados desde la disciplina siempre y cuando se beneficie el interés general y las distintas productividades intersectoriales lo ameriten.

En este caso es exactamente al revés. Prevalece, únicamente, el interés particular de un sector y el análisis "beneficio-costo", aplicado a la soja no lo justifica.

Por lo tanto, la falta de un adecuado discernimiento (8) detrás de la propuesta del dólar soja se transforma en un "leading case" que demuestra fehacientemente que los que debían gobernar "para todos" concluyen haciéndolo para las singularidades, tal cual las "cosmovisiones posmodernas" distinguen como "aceptables" para la administración de la "cosa pública".

Los "padeceres generales" y los "beneficios individuales", en el último octenio, determinan un "estilo" que es indispensable trocar por otro que tenga como eje resolutivo las demandas políticas, económicas, sociales, culturales y espirituales de las mayorías.

Para ello, lo que la hora demanda (hoy más que nunca) es la mancomunión de toda la dirigencia empresarial, sindical, religiosa, política y social, tal cual fuera expresado en "Bases para un... (Parte I) (BAE Negocios, 01/05/2022) y "Bases para un... (Parte II) (BAE Negocios, 08/05/2022), en pos de la búsqueda de los indispensables equilibrios macroeconómicos (superávit fiscal primario y un robusto saldo de la balanza comercial), que en conjunto con un necesario magno acuerdo social permitan poner en valor los vectores de competitividad (alimentos y energía) de la economía, sentando las bases de un Modelo de Desarrollo Económico Permanente y Sustentable (Modepys), con orientación a la producción.

Lic. Guillermo Moreno

Lic. Pablo Challú

Lic. Walter Romero

Agradecemos la colaboración de Marcos von Ifflinger

Más notas de

Guillermo Moreno

Para el acuerdo con el Fondo, soluciones de fondo

Para el acuerdo con el Fondo, soluciones de fondo

Hagamos Argentina industrial otra vez

Hagamos Argentina industrial otra vez

Décadas ganadas... y perdidas

Décadas ganadas... y perdidas

El fracaso económico determina el político

El fracaso económico determina el político

Jubilaciones: ¿variable de ajuste?

Jubilaciones: ¿variable de ajuste?

Es el momento de pugnar por las ideas

Es el momento de pugnar por las ideas

Carne bovina y las "tres P"

Carne bovina y las "tres P"

Pobreza en la Argentina: un aporte para su erradicación

Pobreza en la Argentina: un aporte para su erradicación

Capitalismo ¿para los fondos de inversión o para la producción y el trabajo?

Capitalismo ¿para los fondos de inversión o para la producción y el trabajo?

Argentina: causas y consecuencias de la inflación

Argentina: causas y consecuencias de la inflación