Subsidios, FMI y tasas: el Gobierno se esfuerza en mostrar señales, pero la confianza no aparece
Después de firmar cuatro decretos en un día, el gobierno se tomó un respiro con el fin de semana largo. Comienza otra semana de tensión económica y política, con dos actos separados de Alberto Fernández y Cristina Kirchner

Por Gabriela Granata
El último día hábil de la semana pasada, el Gobierno desplegó una agenda hiperactiva en varios frentes simultáneos, con un vigor que no mostraba desde hace tiempo. Signo de la crisis y de la necesidad de comenzar a obturar los resquicios que pueda de cara al cierre de un primer semestre que se presenta con desafíos a los que llega con margen muy estrecho. A fin de mes, Economía debe enfrentar un megavencimiento al que se encamina con marchas forzadas de suba de tasas y el staff del Fondo Monetario Internacional dará a conocer esta semana su veredicto sobre la primera revisión de metas trimestrales, que ya tiene un primer guiño pero que va a precisar correcciones.
Ese jueves, cuatro decretos simultáneos alumbraron respuestas a varios frentes abiertos: se actualizó el Presupuesto con una nueva pauta inflacionaria de 62% que, para muchos, volvió a quedar corta apenas anunciada; se estableció un nuevo esquema para el gasoil ante el faltante en varias provincias del combustible necesario para la producción, y finalmente se definió el esquema de segmentación de tarifas de la energía eléctrica y del gas. aunque deben poner en marcha esta semana los detalles.
Fuera de los decretos, Enarsa y el Grupo Techint firmaron el contrato para avanzar con la obra del gasoducto Néstor Kirchner, que llevara el fluido desde Vaca Muerta. Pude ser una casualidad temporal, pero los dos últimos puntos fueron objetados -por su demora- por el renunciado ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, en la carta de catorce páginas con la explicó su dimisión.
Recelos de Gabinete
Fiel a su estilo, el presidente Alberto Fernández anunció el último recambio de Gabinete agradeciendo al ministro saliente. El jefe de Estado suele pasar por encima de los escándalos públicos para hacerle un reconocimiento a sus funcionarios. Lo hizo cuando reemplazó a Ginés González García en Salud y a Marcela Losardo en Justicia. Esta vez fue el turno de agradecerle a Kulfas antes de la jura de Daniel Scioli, quien dejó la embajada argentina en Brasil, en donde se anotó varios puntos a favor en la relación política y comercial con el difícil gobierno de Jair Bolsonaro, para asumir en Desarrollo Productivo.
No fue la mención al ex ministro lo que llamó la atención sino la presencia de Agustín Rossi, titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), en el escenario principal de Museo del Bicentenario, en donde se realizó la jura de Scioli. Rossi no tenía que jurar y si debía haber algún funcionario como compañía tendría que haber sido, en todo caso, el jefe de Gabinete.
Fernández dio una explicación acerca de diferencias y lealtades, pero muchos de los que estaban en el Museo del Bicentenario lo interpretaron más como una decisión del mandatario de no otorgarle protagonismo exclusivo al ya de por sí convocante Scioli.
La agenda de Guzmán
El ministro de Economía, Martín Guzmán, se moverá esta semana corta con una agenda cargada de temas de alta exposición. Bajo su órbita quedó el nuevo registro para que se anoten los usuarios que quieran mantener el subsidio en las tarifas energéticas. El jueves, ni antes ni después del decreto, las distribuidoras residenciales tuvieron comunicación oficial con el Ente Regulador de Energía Eléctrica (ENRE), que debe dar las indicaciones para que las empresas adecuen su facturación.
Causalidad o no, la comunicación no se produjo en un momento en el que el Gobierno sabe que recibirá protestas de las compañías, que vienen bregando por un aumento de tarifas. Los subsidios son, además, un tema que marcó la tensión interna en el Frente de Todos por el alcance de la quita, el impacto en el poder adquisitivo y, sobre todo, en las metas comprometidas con el FMI.
El viernes 24 de junio, el Directorio de FMI se reunirá para tratar el acuerdo a nivel staff sobre la primera revisión de los objetivos cuantitativos cumplidos por Argentina durante el primer trimestre del año, lo que permitirá dar luz verde al desembolso de USD4.100 millones. Es que los fondos llegarán una vez que el directorio apruebe formalmente la auditoría de las cuentas públicas nacionales, que ya pasó por el lápiz fino del equipo que conducen la subdirectora en el Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Julie Kozack, y el jefe de la misión argentina, Luis Cubeddú.
El primer paso fue hace diez días, cuando se alcanzó el acuerdo técnico que dio por aprobada la primera revisión del programa vigente. Algunas metas indicativas, como la inflación, sufrieron cambios antes de ese encuentro que quedaron reflejados en la modificación del Presupuesto.
En el medio, el miércoles, Guzmán recibirá la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba) que encabeza Javier Bolzico y que reúne a una veintena de las más importantes entidades financieras, como el Galicia, el Macro y el Hipotecario. La reunión surgió a partir de un encuentro informal entre Guzmán y el titular del Galicia, Eduardo Escasany, con agenda de mediano plazo. Que se concrete una semana antes de una licitación clave de Economía por más de $500.000 millones y cuando el mercado está pidiendo una suba de tasas de 8 puntos, puede ser una casualidad. O tampoco.