Se extingue el espectador de TV: hábitos de los nuevos espectadores
Un estudio realizado por la revista Variety respecto de los hábitos de consumo de entretenimientos muestra brechas insalvables, especialmente en lo que tiene que ver con el acceso a la TV tradicional e Internet. Números notables.
Por segundo año consecutivo, la revista Variety publicó su reporte "Demographic Divide". Puede no ser la noticia más relevante del momento, pero es de las más importantes a futuro. Es una encuesta que pregunta a sus entrevistados sobre hábitos de consumo en el tiempo libre; esta vez se realizó sobre 1720 casos que representan la demografía estadounidense de acuerdo con el último censo del país. Y dividió cuatro categorías: de 15 a 29 años, de 30 a 44; de 45 a 59 y de 60 en adelante. Hay que ver bien esos resultados porque la tendencia se replica exacta en todo el mundo.
De las múltiples gráficas, dos son importantes. La principal responde a la pregunta "¿Cómo prefiere pasar su tiempo libre?" y muestra lo que -lo hemos dicho muchas veces en estas páginas- es transparente para cualquiera. Los jóvenes de 15 a 29 años prefieren en primer lugar utilizar redes sociales (sobre todo postear, no tanto leer o recorrerlas) con un porcentaje del 26%; luego jugar videojuegos (18%), ver programas de TV (16%) y ver películas (15%). La categoría siguiente, de 30 a 44 años, coloca ver programas de TV en primer lugar (22%), ver películas (19%), videojuegos (17%) y redes sociales pasa al cuarto lugar (17%). Veamos solo el primer puesto: la TV gana en las demo de 45 a 59 (29%) y +59 (32%).
Hay otra gráfica importante: marcas favoritas de entretenimiento. Gana ampliamente Netflix, en todas las demografías, pero no queda en primer lugar en la de 15 a 29; allí gana YouTube (que queda segunda en la categoría siguiente y baja un par de escalones en las demás). Cuando se pregunta por "ver programas de TV", el usuario asocia todo: TV lineal, cable y plataformas (series, no así películas, que quedan delimitadas aparte). Lo que simplemente sucede es que, a medida que baja la edad del público, menos televisión consume. Y si se acerca a programas de TV, lo hace a través de plataformas. Especialmente YouTube.
Es sumamente importante lo de YouTube porque implica contenido breve. Y también porque las marcas nativas digitales ( YouTube, Netflix, Twitch, etcétera) se benefician de la interacción con las redes sociales. Lo que muestra el estudio es que el espectador televisivo que conocimos hasta la explosión de Internet ya no existe y no tiene recambio; de allí la pérdida constante de rating de los canales y la migración del negocio publicitario al universo digital. Y que los productores tienen que pensar en múltiples formatos en lugar de pensar en uno exclusivo para sus contenidos. En síntesis, el cambio es profundo y notable, un mundo totalmente nuevo que es imprescindible comprender.