Al cierre de cada ejercicio anual, Warren Buffet, presidente de Berkshire Hathaway (BRKB), y uno de los inversores más exitosos de la historia, suele dejar en el reporte de la compañía una carta dedicada a sus inversores. En la misma, el aprendiz de Benjamin Graham, uno de los pioneros del análisis fundamental, suele dejar una reseña del año y enseñanzas que perduran en el tiempo. Este año, su breve carta tuvo un interesante tinte lectivo. Veamos cuáles fueron las enseñanzas para los inversores.

El ingrediente secreto

Los resultados históricos de Berkshire Hathaway han sido espectaculares en el tiempo. La compañía liderada por Warren Buffet y Charlie Munger ha generado un retorno de 3.787.464% desde 1965, comparable con el retorno total (incluye dividendos) de 24.708% generado por el S&P 500 en el mismo período. En otras palabras, el retorno anual compuesto generado por BRKB alcanzó 19,8%, superando el 9,9% del índice. Sin embargo, Buffet no considera que ello haya sido producto de un ojo clínico infalible.

Al contrario, cree que ha cometido numerosos errores en su accionar, y que su éxito se debe principalmente a aproximadamente una docena de excelentes decisiones. En busca de dejarnos una enseñanza, entre sus mejores selecciones destaca las de Coca Cola y American Express, compañías donde tomó posición entre 1994 y 1995 por USD1,3 mil millones y USD1,4 mil millones, respectivamente.

En 2022, BRKB percibió dividendos de dichas empresas por USD704 millones y USD302 millones (más de 50% y 20% de sus respectivas inversiones iniciales) y sus valuaciones pasaron a ser de USD25 mil millones y USD22 mil millones a fines del 2022. Pero ¿por qué eligió estos papeles como ejemplo? La razón es que cree que el ingrediente secreto ha sido el crecimiento de los dividendos. No solo los dividendos proveen efectivo para el inversor, facilitando las ganancias por interés compuesto, sino que además su crecimiento impulsa las valuaciones de las empresas que los pagan.

GAAP vs Non-GAAP

Como el ávido inversor sabrá, los balances de las compañías que cotizan en Wall Street, deben ser presentados en concordancia con los principios contables GAAP (Principios Contables Generalmente Aceptados de acuerdo a sus siglas en inglés). Estos principios buscan homogeneizar la información presentada por las empresas, facilitando la comparabilidad para los inversores. En el caso de Berkshire, Warren Buffet cree que estos principios distorsionan los resultados de sus operaciones.

A su manera de ver, por tratarse de una empresa que participa a largo plazo en negocios de otras empresas, adquiriendo porciones de sus negocios mediante la compra de acciones, las fluctuaciones en los valores de las posiciones no se deberían tomar en cuenta, pues están sujetos a los caprichos del mercado.

Considera que la volatilidad de los instrumentos le quita previsibilidad a la operatividad de la empresa. Si bien reconoce que la revalorización de los papeles ha sido parte crucial en el crecimiento y rendimiento obtenido por Berkshire en el tiempo, también apunta que observar esos movimientos en términos trimestrales e incluso anuales carece de sentido. Evidentemente, Buffet ve desventajas en un modelo contable homogéneo para todos.

Aun así, Buffet nos deja saber que no cree que el inversor deba basarse únicamente en las medidas Non-GAAP. Avisa que los resultados operativos que ellos favorecen son fácilmente manipulables por una administración que desee engañar al mercado. Muchas veces, el incentivo por superar las expectativas termina siendo motivo suficiente para fomentar la “contabilidad imaginativa”.

Recompra de acciones

Buffet también realizó un descargo contra quienes critican las recompras de acciones. A su modo de ver, las recompras son beneficiosas para los inversores siempre y cuando se pague un valor razonable por los papeles y no se realicen con la intención de manipular métricas para alcanzar los objetivos del management. El motivo es simple: incrementan la participación del accionista sobre el negocio subyacente sin costo alguno. Por ello, BRKB realiza recompras de sus propios papeles e invierte en empresas que también lo hacen.

Síntesis

El oráculo de Omaha nos invita a aventurarnos en las inversiones, estipulando que solo necesitamos “unos pocos ganadores para lograr maravillas”. A su manera de ver, los negocios fuertes y estables que paguen dividendos son los mejores vehículos para lograr rendimientos espectaculares en el largo plazo.

Además, resalta que las empresas que cotizan públicamente tienen una ventaja fantástica para el inversor, que es la posibilidad de adquirir porciones de compañías con grandes descuentos sobre su valor intrínseco. Advierte también, en que lo mismo es posible en el sentido contrario, por lo que debemos estar atentos a ambos casos. Por último, nos incentiva a ser compradores de negocios, no de acciones.

Dadas estas valiosas enseñanzas, desde Portfolio Personal Inversiones creamos una cartera que busca replicar las mayores tenencias de Berkshire Hathaway para quien desee seguir los pasos de Buffet y Munger. De esta manera, armamos un portfolio compuesto por los CEDEARs de Apple (48,6%), Bank of America (14,0%), Chevron (12,2%), Coca Cola (10,6%), American Express (9,4%) y Occidental Petroleum (5,1%). Alternativamente, podemos invertir directamente en Berkshire Hathaway a través del CEDEAR BRKB. En este caso, no solo nos beneficiaremos de los CEDEARs mencionados, sino también de los resultados de las empresas que BRKB posee en un 100% y no cotizan públicamente.

*Analista de PPI