Las criptomonedas siguen sin encontrar tranquilidad. Pese a que enero fue el mejor arranque del año que tuvo el sector desde 2015, apenas comenzado febrero el panorama volvió a la volatilidad que caracteriza al sector, sobretodo tras el catastrófico 2022. En esta ocasión, el mercado cripto cae más de un 4% y con criptos que arrastran perdidas semanales superiores al 10%

Este viernes, la criptomoneda más importante del mercado, Bitcoin, pierde 3,7% y cotiza a USD 21.680. Mientras que dentro de las diez principales criptomonedas, lideran las bajas Dogecoin (-4,6%), Ethereum (-5,8%) y Cardano (-4,9%). En las últimas cinco jornadas, tanto Bitcoin como Ethereum, las dos criptos más valiosas del mercado, cayeron más del 7%

¿Qué fue lo que sacudió al ecosistema esta vez? Anoche se conoció la sanción por 30 millones de dólares que la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos impuso al exchange Kraken, uno de los más importantes del mundo. Además, también le obligó a dejar de ofrecer servicios de "staking" a sus clientes

Pese a que una traducción posible del término "stake" puede ser "apostar", dentro del ecosistema cripto se refiere al proceso mediante el cual un usuario adquiere y bloquea cierta cantidad de criptomonedas en una red para validar las transacciones y recibir recompensas a cambio.

La SEC sotiene que la plataforma cripto no registró a su plataforma de staking de criptoactivos como servicio y, por lo tanto, ofrecía valores de manera ilegal a los clientes estadounidenses. La medida tuvo un impacto directo en el país del norte, debido a que Kraken operaba como uno de los principales proveedores del servicio para clientes minoristas. 

La decisión del ente regulador generó un fuerte malestar en el sector, que intenta sobreponerse al colaspo de FTX, e inmediatamente respondió con críticas. Por ejemplo, la directora ejecutiva de la Blockchain Association, Kristin Smith, aseguró que las acciones de la SEC forman parte de un ataque continuo a la industria cripto

"Necesitamos que el Congreso, no los reguladores, determine la legislación apropiada para esta nueva tecnología. De lo contrario, EE. UU. corre el riesgo de impulsar la innovación en el exterior y quitarles las libertades en línea a los usuarios individuales", cuestionó Smith.