Un futbolista de Irán fue condenado a muerte tras defender los derechos de las mujeres en su país
El sistema judicial de la República Islámica planea ahorcar a Amir Nasr-Azadani de 26 años por el cargo de "enemistad con Dios" y "traición a la Patria" tras defender los derechos humanos de su país
El futbolista profesional iraní Amir Nasr-Azadani de 26 años fue sentenciado a muerte por el gobierno de su país por el cargo de "enemistad con Dios" y "traición a la Patria", delitos que equivalen a la ejecución en la horca. La sentencia se realizó a partir de un juicio sin garantías, luego de que participe de protestas en defensa de los derechos de las mujeres.
Amir fue detenido luego del asesinato de tres miembros de las fuerzas gubernamentales iraníes durante las protestas a escala nacional iniciadas en septiembre a raíz de que Mahsa Amini muriera en dudosas condiciones tras ser detenida por la policía moral por llevar mal colocado su velo. La fuerza especial dedicada a controlar el cumplimiento de las reglas musulmanas fue abolida en los últimos días.
Tres días después del suceso, la emisora estatal IRIB hizo público un vídeo de las confesiones forzadas de tres personas acusadas de los asesinatos. IRIB no mencionó los nombres de los acusados, pero tras la publicación de los vídeos, las identidades de los tres principales acusados se publicaron en las redes sociales: Amir Nasr-Azadani, Saleh Mirhashmi y Saeed Yaghoubi.
Fuentes del diario nacional IranWire dijeron que Nasr-Azadani estuvo presente en algunas protestas, pero nunca estuvo en la zona donde murieron las personas a las cuales se le acusa haber asesinado.
La familia declaró al medio iraní que "fue amenazada repetidamente por las fuerzas de seguridad de la República Islámica" para que no revelaran que estaba detenido. Según detalló Iranwire, la familia de Amir recibió instrucciones de su abogado para que guarde silencio. Al parecer, se le promete a las familias una reducción de la condena de su ser querido o incluso la liberación de la condena a muerte si no hablan.

Aún así, no es la primera vez que sucede algo parecido. Se trata de una pena que ya sufrió el joven Mohsen Shekari y el luchador Majid Reza Rahnavard, ahorcado en público en la ciudad santa de Mashad por las mismas acusaciones que Amir Nasr-Azadani, todo tras un juicio sin garantías.
Lo curioso es que a pesar de todo, el fiscal general Mohammad Jafar Montazerí, comunicó a principios de diciembre que Irán decidió suprimir las Patrullas de Orientación o policía de la moralidad: "La Policía de la moralidad no tiene nada que ver con el poder judicial y fue abolida"
Asimismo, la Federación Internacional de Asociaciones de Futbolistas Profesionales (FIFPRO), escribió en su cuenta oficial de Twitter que "está conmocionada y asqueada" y afirmó que "el futbolista profesional Amir Nasr-Azadani se enfrenta a la ejecución en Irán después de hacer campaña por los derechos de las mujeres y las libertades básicas en su país".
La FIFPRO no solo mostró su solidaridad con Amir y su familia, sino que pidió la inmediata eliminación de su castigo.
FIFPRO is shocked and sickened by reports that professional footballer Amir Nasr-Azadani faces execution in Iran after campaigning for women’s rights and basic freedom in his country.
— FIFPRO (@FIFPRO) December 12, 2022
We stand in solidarity with Amir and call for the immediate removal of his punishment. pic.twitter.com/vPuylCS2ph
El origen de las protestas nacionales
El enojo público estalló cuando el Gobierno anunció a mediados de septiembre el fallecimiento de Mahsa Amini, una joven kurda de 22 años, luego de su arresto por parte la policía de la moral, encargada de hacer cumplir un estricto código de vestimenta para las mujeres, en particular el porte del velo en público.

La joven iraní estuvo en coma después de haber sido detenida por llevar mal colocado el velo islámico y mostrar parte de su cabello. Falleció tres días después de haber sido hospitalizada, y despertó una serie de protestas sostenidas desde septiembre en Irán.
Si bien las autoridades argumentaron que Amini murió por "un infarto" y que perdió la consciencia en la comisaría de forma natural, activistas y la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU afirman que fue golpeada violentamente en la cabeza contra un vehículo de la policía y exigieron una investigación. La familia tampoco cree en la versión oficial.