El fútbol en China, en bancarrota: el campeón de la Superliga está a punto de desaparecer
Hace cinco años el gobierno anunció un plan para convertir en el país en uno de los referentes del fútbol mundial. Hoy en día muchos clubes desaparecieron y otros están a punto de hacerlo. Las deudas, la falta de planificación y la política se metieron en el medio
El fútbol chino, que hasta hace poco era sinónimo de fichajes estrella, dinero y éxito, se ha convertido en deudas, preocupaciones y desapariciones. El Jiangsu Suning, vigente campeón del torneo, informó que no podrá inscribirse en la próxima temporada por sus problemas económicos.
El equipo, que hasta hace poco contaba con estrellas en la cancha, como Alex Teixeira, y en el banco, el técnico rumano Olaroiu; anunció que suspendía sus operaciones ya que es incapaz de afrontar sus deudas, que eran tan grandes que no podían ni pagarle el sueldo a sus propios futbolistas.
Llamativamente, el Jiangsu Suning pertenece al conglomerado Suning, que también es dueño del Inter de Milán, actual líder de la liga italiana y con una plantilla llena de fichajes carísimos. El grupo se ha visto obligado a vender el 23 % de las acciones para conseguir liquidez, aunque su fundador ya advirtió que dejarían de gastar dinero en asuntos no relacionados con su principal negocio, el de la distribución.

El contraste es sorprendente. Dos años atrás, el equipo chino fue uno de los principales competidores en la carrera por comprar a Gareth Bale, a quien ofrecía un sueldo ampliamente superior que el Real Madrid, club que lo compró por la extraordinaria suma de 101 millones de euros.
Hoy, el Jiangsu Suning no encuentra comprador, pese a que está a la venta por tan solo un euro. Si nadie se ofrece hacerse cargo del club — y las millonarias deudas que tiene —, podría desaparecer.
Por qué la Superliga China se desplomó
Lo que pasa en el Jiangsu Suning es apenas un reflejo de la catástrofe en la que está sumido el fútbol de China. El año pasado el Tianjin Quanjian, equipo por el que pasaron Pato, Luís Fabiano o Witsel, desapareció tras cortar lazos con su patrocinador por un escándalo judicial, y este año muchos equipos sobreviven gracias a inversiones estatales.
Y eso es solo en la Superliga: en la segunda y tercera división, más de diez equipos fueron expulsados el año pasado por no cumplir con las exigencias financieras. Y más clubes acabarán desapareciendo, según Cameron Wilson, fundador del portal especializado en fútbol chino Wild East Football.

El refuerzo más importante durante este mercado de fichajes fue el croata Ante Majstorović por el Shanghai Port F.C., por quien llegaron a desembolsar 3.3 millones de euros. Este precio se queda muy por debajo de lo que llegaron a pagar por los brasileños Óscar (60 millones de euros), Hulk (55 millones de euros) y el argentino Carlos Tévez (50 millones de euros).
Y en Inglaterra, la Premier League acabó cancelando un multimillonario contrato de retransmisión con PPTV, filial de Suning, después de que esta no afrontase los pagos acordados.
"El hecho de que nadie quiera hacerse cargo del club no es una señal demasiado buena para el futuro del fútbol chino", señaló Cameron Wilson, fundador del portal especializado en fútbol chino Wild East Football. El analista explicó a la agencia EFE que la aparición a última hora de un comprador todavía "es una posibilidad" debido a que la situación es "demasiado ridícula incluso para los estándares del fútbol chino", pero "se les está acabando el tiempo".
"Es una de las peores cosas que han pasado en la historia del fútbol chino", lamentó.

Lo más sorprendente de todo esto es que hace apenas cinco años, el Gobierno había anunciado los planes de convertir a China en una superpotencia del fútbol, claramente intuyendo el enorme negocio que no estaban explotando. ¿Qué pasó en el medio? La política.
Al menos así lo cree Wilson: "Sospecho que ha habido algún cambio político, y que alguien ha dicho que hay que bajar un par de marchas en el proyecto del fútbol", señaló Wilson, que recuerda que el plan "hizo creer a todo el mundo que era una gran oportunidad", especialmente a las grandes empresas, que pensaron que podrían "conseguir favores políticos invirtiendo en el fútbol".
El fracaso del fútbol chino
De acuerdo con Wilson, el Gobierno buscaba un reconocimiento internacional que jamás llegó, ya que, pese a contar con grandes estrellas del fútbol, ninguno era de nacionalidad china. De hecho, la selección de fútbol china fue protagonista de grandes fracasos en los últimos años.
Esto se sumó a los contratos casi groseros que se le hacían a futbolistas del exterior para jugar allí. No hay que irse muy lejos como para ejemplificarlo: Carlos Tévez dejó Boca Juniors en 2016, en su mejor momento, para sumarse al Shanghai Shenhua, donde ganaba 40 millones de dólares por cada una de las dos temporadas en las que jugaría, es decir, 110 mil dólares por día o 3,3 millones de dólares por mes.

Según Wilson, el hecho de que se gastaran enormes cantidades de dinero y que nada cambiara para el fútbol nacional hizo que las autoridades chinas se avergonzaran, por lo que impulsaron numerosas reformas para impedir que los clubes siguiesen gastando millonadas en estrellas internacionales al considerarlo totalmente insostenible.
La Federación China de Fúbtol estipuló que los clubes no podrían tener contratos en donde se les pagara a los jugadores más de 3 millones de euros al año para cuidar la economía de los equipos, algo que provocó el éxodo de futbolistas como Hulk, Oscar, Stephan El Sahaarawy, Miranda, Marouane Fellaini, Paulinho o Marek Hamsik. Además, la Superliga prohibió a equipos tener nombres haciendo relación a las empresas que pertenecen lo que bajó la inversión.
"Se pusieron a echar dinero, pero no es que hubiera un plan. China pensaba que construir el fútbol es como construir puentes o ferrocarriles", recordó el fundador de Wild East Football, quien aseguró que en el fútbol chino "todo puede cambiar de un momento a otro" según la voluntad de alguien poderoso: "Y entonces todos los planes tienen que cambiar, y todos los miles de millones que se han gastado de repente se han despilfarrado".

"La gente de fútbol o no es quien toma las decisiones o no puede tomarlas porque siempre tienen que tener en cuenta la política. Con gente de fútbol al mando, no veríamos ni una fracción de todas estas ridiculeces", recordó.
¿El coronavirus (Covid-19) tuvo algo que ver en este declive? El escocés lo descartó completamente: "Los clubes no ganaban dinero antes igualmente, no pueden sobrevivir sin una empresa que pague las facturas detrás".
Wilson, que lleva dos décadas siguiendo el fútbol del país asiático, ya ni siquiera cree que sea posible hacer que la selección sea una de las mejores a nivel mundial hacia 2050, tal y como quería Pekín.
Y tampoco que los Drogba, Mascherano, Oscar, Hulk, Lavezzi, Carrasco, Pato, Anelka o Ramires sigan queriendo llevar sus carreras a la Superliga: "No creo que volvamos a ver a ese tipo de jugadores viniendo a China hasta que las finanzas (de los clubes) sean más racionales. Y llevará mucho tiempo. Hablamos de unos 20 años".