Murió Carlos Sacaan, creador del pan de salvado y ex dirigente del Club Atlético Ituzaingó
Creó una panificadora que le compitió a los gigantes, la salvó de la quiebra y la vendió. Ayudó al club de su barrio a ascender y todos los hinchas se lo agradecen

Por Graciela Moreno
Murió don Carlos Sacaan, un empresario enamorado del fútbol que ayudó como pocos al Club Atlético Ituzaingó, cuyo estadio lleva su nombre. Creó una panificadora y lanzó el pan Sacaan que fue un boom en los ’80 y ’90. Siempre les contaba a todos que era “el creador del pan de salvado a nivel mundial”. Sus publicidades lo tenían como protagonista. A los 85 años falleció y dejó su huella en el Oeste.
Su padre era libanés, llegó a la Argentina en 1935 y comenzó a trabajar de “mercachifle” vendía ropa en el campo. En 1938 nació Carlos Sacaan, apodado el Turco y gracias a unos vecinos españoles, su padre don Alejandro se animó y puso una panadería. Construyó un imperio y con la marca Sacaan le dio pelea a los gigantes del sector. Llegó a tener más de 900 camiones para hacer la distribución.
En un reportaje que le hicieron y está en las redes del Club Atlético Ituzaingó contó: “El pan de salvado fue creación mía a nivel mundial, había leído un libro de un doctor que decía que la dieta que salvará su vida era lo que consumían en África. Países que no tenían problema de cáncer de colon y recto. Lo hice mejor que lo que hacían ellos. Traté de hacer una harina que tuviera fibra. Después de hacer la molienda, no me desarrollaba porque le quería poner gluten para poder hacer crecer el producto y resulta ser que el secreto era que tenía que tener el gluten de la misma molienda, vi la posibilidad de moler con las mismas proteínas del trigo. Acompañé el lanzamiento con una publicidad dirigida a los profesionales médicos que decía: ‘Salvado de trigo, una fuente de vida, le di forma de pan para que mi pan de salvado sea el pan de su salud. Yo Carlos Sacaan lo garantizó’ y fue un éxito. Luego le vendí la empresa a Bimbo pero no lo hacían igual, no lo sabían hacer”.

En 1995, Sacaan llegó a facturar 18 millones de dólares y retenía el 14% del market share. Al año siguiente comenzó a exportar a Brasil y Paraguay. Sus clientes cariocas quebraron y no pudo cobrar la deuda. Para compensar apostó a las grandes cadenas de supermercados pero los largos plazos de pagos lo terminaron por arruinar. A fines de 1977 entró en convocatoria de acreedores. Pudo salvarla de la quiebra y en febrero del 2000 la vendió a Fargo, luego la marca fue adquirida por Bimbo, que luego la vendió. La actual propietaria está en concurso preventivo.
Carlos Sacaan siempre su tuvo su corazón en el Club Atlético Ituzaingó. Hizo un paredón perimetral, instaló un alambrado, mejoró los vestuarios y renovó la sede social. Gracias a sus aportes, se pudieron traer jugadores y se logró el primer ascenso en 1982 de la Primera D a la Primera C. Luego subió a la Primera B Metropolitana y en 1992 a la Primera B Nacional, donde permaneció dos temporadas. Lo gerenció y hasta llegó a ser presidente de la comisión de fútbol en 2004, un año antes de lograr otro ascenso. Los fanáticos del verde le reconocen que hasta compró terrenos aledaños para dárselos al club. A veces se enojaba y se alejaba, pero siempre apoyaba con publicidad al club de sus amores.
Cacho García, ex presidente del CAI, le dijo al medio Primer Plano Online: “Tenía una enfermedad que se agravó en el último tiempo. Hace un año había fallecido la mujer y eso lo terminó de afectar emocionalmente. En la pandemia también murió un muchacho que había trabajado muchos años con él y todo se le hizo muy difícil”.
En Ituzaingó, todos los vecinos y los hinchas del CAI están tristes. Lo recuerdan como un apasionado, muy laburador y el que le dio los mejores años de gloria al club.