Por su entonces vasta vegetación, Parque Leloir era considerado como el segundo “pulmón verde” de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, la capacidad pulmonar de esa localidad del partido de Ituzaingó fue dañada notablemente por la tala indiscriminada de árboles y la explosión de proyectos inmobiliarios a través de excesivas excepciones municipales.

“Era un paraíso, y ahora es un caos”, expresó, con marcada decepción Sandra, en referencia a Parque Leloir, donde reside. El testimonio de la mujer refleja una tendencia vinculada a la conversión de los espacios verdes en grises, producto de “construcciones que están prohibidas, y por lo tanto hicimos una junta de 500 firmas para pedir que paren con las excepciones”.

La explotación de proyectos inmobiliarios, uno de los abusos del Municipio de Ituzaingó.

En este sentido, Arturo Curatola, ambientalista y residente de la zona, remarcó que “el Municipio hace abuso de las excepciones y ha hecho un desastre en la avenida Martin Fierro derribando árboles sin regulaciones. Es ridículo porque han aprobado el código de ordenamiento urbano y a la semana se aplicaban excepciones”. Mediante estos artilugios llevan adelante la tala de árboles y edificaciones en áreas ecológicas protegidas, según denuncian los propios moradores.

Al respecto Sandra detalló que “están haciendo cualquier cantidad de viviendas multifamiliares, y entonces muchos vecinos deciden irse porque te cambia la dinámica de vida”.

En la misma línea, Curatola enfatizó que “estos emprendimientos inmobiliarios no están autorizados ni planificados en un lugar en el que, por ejemplo, no hay cloacas y eso genera un impacto ambiental descomunal. Todo se hace improvisado”.

Vecinos denuncian destrucción de espacios verdes en Parque Leloir.

El mayor reflejo de la avanzada contra los espacios verdes y la flora de Parque Leloir tiene lugar en la avenida Martin Fierro, un acceso emblemático de dicha localidad. En referencia a ello, Sandra dejó en claro que “es un caso perdido. Hicieron un desastre”, y Arturo sentenció que “absolutamente les importa ni poco el medio ambiente de nuestro barrio”.

La consideración del vecino se ampara en los constantes reclamos, incluso mediante un recurso de amparo, que no desencadenaron respuesta o un freno a dicha avanzada.

Por M.S.